Santander, 21 de agosto. - Sonia Zúñiga es investigadora en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y actualmente trabaja en uno de los proyectos españoles que buscan una vacuna segura y eficiente contra el SARS-CoV-2, virus causante del COVID-19, junto a Luis Enjuanes e Isabel Sola.
Zúñiga ha sido una de las ponentes del curso ‘La virología y el coronavirus en primer plano’, enmarcado en los Cursos de Verano de la Universidad Menéndez Pelayo que están teniendo lugar en el Palacio de La Magdalena de Santander.
Según la investigadora, la primera vacuna podría empezar a suministrarse “durante el primer semestre de 2021”, aunque la suya tardará más “porque es de las más complicadas de hacer”. Además, advierte de que la pandemia va para largo y que “tendremos que convivir con este virus como se convive con el de la gripe, al menos durante unos años”.
¿Considera que las medidas actuales son eficaces y suficientes para evitar una futura ola?
Las medidas actuales sí son eficaces para parar una segunda oleada o cualquier rebrote siempre y cuando todos las cumplan. Creo que es el momento de incidir en que ahora la responsabilidad es de cada uno y hay que cumplir todas estas medidas que nos piden, que no son tantas, como mantener la mascarilla, distancia social e higiene de manos. Con eso se para la transmisión del virus en gran medida.
Otro factor muy importante es que hay que aumentar la capacidad de diagnóstico, pero creo que esto, en general, se está haciendo. La combinación de ambas cosas va a conseguir frenar esto.
¿Qué significará la llegada de una nueva vacuna que sea eficaz? ¿Supondrá el fin de la pandemia?
Si llega una vacuna, con la eficacia que se está considerando ahora mismo, se evitaría que una gran parte de la población se pusiera enferma. Pero por el momento, las vacunas que se están investigando no pretenden evitar la infección en un 100 %. Se está hablando de eficiencias de entre el 50 y el 70 %. Eso quiere decir que, de 100 personas vacunadas, el 50 % vaa a estar protegidos frente a la infección y el otro 50 %, con suerte, no desarrollarán una enfermedad severa, pero el virus se va a seguir diseminando.
¿Cuándo habrá una vacuna que se pueda comenzar a suministrar?
Ahora hay bastantes en todo el mundo que están en ensayos clínicos muy avanzados. En fase 3, la que mide la eficacia, hay tres o cuatro vacunas que están más adelantadas, de las cuales, si todos los ensayos concluyen con éxito, podrían comenzar a suministrarse a una parte amplia de la población en el primer semestre de 2021.
¿Vuestra vacuna en qué fase se encuentra? ¿Cuándo estará lista?
La nuestra en concreto no es de las más adelantadas porque es de las más complicadas de hacer. Las vacunas que se están haciendo hasta el momento son ‘sencillas de fabricar’ porque se basan en un único componente y por eso han ido avanzando más rápido. La nuestra se basa en el virus completo, de manera que estamos ahora en la fase de laboratorio, en la que reconstruimos el virus y le quitamos componentes que son los que hacen que el virus cause una enfermedad severa y que se pueda diseminar.
Ahora estamos haciendo los primeros ensayos en cultivos celulares con estos candidatos y, si todo va bien, para final del año podremos empezar a hacer ensayos preclínicos en animales. Si estos funcionan, estaríamos hablando de hacer, a mediados o finales del año que viene, ensayos clínicos en humanos.
¿Estos últimos ya se alargarían hasta 2022?
Exactamente.
¿Cómo se distribuirán las vacunaciones?
Es complicado. En estos casos, en los que no va a haber vacunas para toda la población mundial, lo normal es que se vacune a la población de riesgo, igual que hacemos con la gripe. Esto sería lo lógico. Pero hay muy pocos datos sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas que se están probando ahora para el coronavirus en este tipo de población. De manera que nos podemos encontrar con que las primeras vacunas que salgan se utilicen al revés, es decir, en la población más joven, en la que ya se sabe que son seguras y no tanto en la población de riesgo. Al final todo está relacionado: si proteges a la población más joven, que tiene menos riesgo pero transmite más, puede proteger a la vez a la población de más riesgo.
¿Cuándo cree que podremos volver a la ‘antigua normalidad’?
Me temo que todavía vamos a tener que esperar. No solo a que haya una vacuna suficientemente eficaz, que eso podría ser en algún momento del año que viene, sino a que haya también medicamentos, antivirales que sean eficaces para que cuando la gente se hospitalice no saturen el sistema sanitario.
Tendremos que convivir con este virus como se convive con el de la gripe, al menos durante unos años. Con el de la gripe no tenemos estas medidas de seguridad porque disponemos de medicamentos antivirales y disponemos de vacunas. Necesitamos lo mismo para este virus para llegar a una situación como la que existía anteriormente.