Santander.- La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) acoge esta semana el Taller de arte rupestre. Cuevas prehistóricas de Cantabria: el primer arte de la humanidad impartido por el docente en el Programa Sénior de la UNED Cantabria, Gonzalo Pedro Sánchez Eguren. Durante su presencia en el Palacio de la Magdalena, el también director del curso ha destacado la importancia de “generar sensibilidades para conservar y proteger un patrimonio único e irrepetible” como es el del arte rupestre en Cantabria.
En este sentido, Sánchez ha apostado por “crear fortalezas” desde el ámbito administrativo, educativo y cultural porque, a su juicio, la divulgación “es fundamental”. Es cierto, ha reconocido, que los centros educativos valoran este patrimonio y, por ello, desde edades tempranas los alumnos visitan las cuevas y participan en talleres, pero “no podemos olvidarnos de la población adulta”, ya que “aquello que no se conoce no se conserva debidamente”, ha apuntado.
“Cantabria es una región privilegiada”, ha afirmado Sánchez en referencia al patrimonio subterráneo y es que, a pesar de sus reducidas dimensiones –un 1% de la superficie total de España-, la Comunidad Autónoma cuenta con uno de los mayores conjuntos de yacimientos prehistóricos y cuevas del mundo. Desde que la Unesco declarara en 1985 a la Cueva de Altamira como Patrimonio de la Humanidad, 17 cavidades más han sido reconocidas como tal en la cornisa cantábrica y, en concreto, nueve pertenecen a Cantabria: la cueva del Pendo, la de Covalanas, la de Hornos de la Peña, la del Castillo, la de la Pasiega, la de las Monedas, la de Las Chimeneas, la de Chufín y la de la Garma. Además, el docente ha asegurado que en la región “hay probablemente más de 6000 cavidades” y, documentadas, en torno a 70 cuevas decoradas con arte rupestre paleolítico. Según Sánchez, esta concentración de cavidades se debe principalmente a “factores naturales y geológicos”.
Taller en la UIMP
Por otro lado, Sánchez ha explicado que el objetivo del taller que está impartiendo en la UIMP es “conocer un poco más este misterioso e inquietante mundo de la prehistoria”, así como el arte que se desarrolló en ese momento, ya que, como ha indicado, el registro arqueológico permite tener un mayor conocimiento sobre la sociedad de la época y su comportamiento.
Además, la parte teórica de curso la completan tres visitas: el Museo y la Neocueva de Altamira, el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC) y la cueva del Castillo. En relación a esta última, menos conocida que la de Altamira, Sánchez ha explicado que cuenta con “una de las secuencias de ocupación humana más prolongada a lo largo de la historia”, ya que se calcula que este lugar “fue ocupado durante, al menos, 150000 años”. Asimismo, el docente ha detallado que la cavidad alberga “una de las más extraordinarias colecciones de arte rupestre. Tal vez estamos hablando de más de 2000 representaciones de todas las épocas del Paleolítico Superior”, ha concluido.
Visita al MUPAC
Los alumnos del curso pudieron asistir a una visita guiada al centro de referencia en Prehistoria y Arqueología de Cantabria. Este museo está estructurado de una forma muy didáctica, de manera que pueda interesar también a los niños. En la visita se indicó que, en la actualidad, la Arqueología se les presenta a los más pequeños como “algo cercano a lo forense, una especie de CSI”.
Durante el recorrido por las instalaciones del MUPAC se incidió en la importancia de los descubrimientos hechos en las últimas dos décadas en Atapuerca: “No se podría entender la Arqueología en la actualidad sin ella”. Entre los datos curiosos que se contaron a lo largo de la visita está que antes del Neolítico no había caries. Además, la guía quiso desmentir esa idea que ha extendido la saga cinematográfica Ice Age de que la Prehistoria era un periodo eminentemente frío: “Entre glaciación y glaciación hacia incluso más calor que en la actualidad”.
Fotografía: Esteban Cobo | UIMP 2018