Santander, 24 de junio de 2024-. La periodista y corresponsal de guerra Rosa María Calaf ha señalado hoy que “hemos intentado probar que el periodismo es un oficio tanto masculino como femenino”. Esto ha ocurrido durante su ponencia en la primera jornada del curso ‘Mujeres y conflictos internacionales: la perspectiva de género en la gestión y resolución de los conflictos armados’ organizado por la UIMP y patrocinado por el Instituto de las Mujeres.
Este encuentro “pretende explorar la visión de las mujeres periodistas en zonas de guerra, abordando cómo cuentan las mujeres la realidad que vemos, cómo han sido percibidas y cómo se perciben a sí mismas, ha afirmado Calaf.
Hasta el miércoles se profundizará en la evolución de la percepción de las mujeres periodistas, desde ser vistas como inadecuadas para cubrir conflictos armados hasta ser reconocidas por su capacidad para ofrecer una cobertura empática y centrada en la vida cotidiana de la población afectada por los conflictos.
La veterana periodista ha compartido su experiencia y conocimientos sobre la cobertura de conflictos armados a nivel internacional. Con su presencia, se pretende visibilizar y valorar la perspectiva única y necesaria que aportan las mujeres periodistas, subrayando su contribución a una narrativa más inclusiva y completa de los conflictos armados.
En ese sentido, la corresponsal, quien ha señalado que formar parte de este curso de la UIMP es “un regalo”, ha indicado que su oficio es “una forma de vida, que tiene que ver con la pasión”. “La presencia femenina en los conflictos ha enriquecido la visión de la guerra y el impacto en la población”, ha dicho.
“A pesar de ello, la imagen difundida del corresponsal de guerra sigue siendo estereotipada y, generalmente, se asocia con la figura masculina”, ha dicho Calaf, quien ha afirmado que “es trascendental que las mujeres estemos ahí, ya que somos la mitad de la población y debemos aportar”.
Ha defendido la participación de la mujer en este tipo de trabajos porque “ha costado mucho conseguirlo y va a costar muy poco perderlo si no estamos alerta”. “En los entornos donde hemos conseguido tanto se nos quiere creer que ya está todo hecho”, ha apostillado.
“Las mujeres periodistas sufrimos una carga a veces muy desmesurada, hay que estar dispuesta a sufrir un mal escrutinio y un desprestigio de tu trabajo”, ha lamentado la periodista. “Una de las mayores dificultades (de la ciudadanía) es diferenciar la ficción de la realidad”, por lo que ha abogado por crear una “alfabetización mediática”. “La desinformación crea una sociedad enferma e incapaz de defender sus derechos”, ha dicho.
Por último, ha manifestado que la presencia femenina “enriquece e ilumina los segmentos más oscurecidos de la sociedad” y que ha de ser tenida en cuenta “la simultaneidad de ambos enfoques, del femenino y del masculino, para obtener una representación real y justa de la realidad”.