Santander, 1 de septiembre. - Raúl Ortiz de Lejarazu, asesor científico y director emérito del Centro Nacional de Gripe en el Hospital Clínico de Valladolid ha calificado como “una decisión muy peligrosa” el anuncio de Estados Unidos de que estarían dispuestos de aprobar una vacuna contra el COVID-19 antes de que se completasen los ensayos clínicos.
“Las consecuencias que podría tener, como algún efecto secundario, serían devastadoras, no solo para la vacuna de COVID-19, sino también para otras vacunas”, ha manifestado hoy en los Cursos de Verano de la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP) que se celebran en el Palacio de La Magdalena de Santander.
No obstante, Federico Martinón, jefe de Pedriatría Clínica, Infectológica y Traslacional del Hospital Clínico de Santiago, ha llamado a la calma.
“Creo que al final no va a pasar. Hace unos días se rectificó el anuncio de la vacuna rusa y lo que iba a ser la aprobación de la vacuna se ha convertido en un estudio de fase 3, que es lo que tenía que ser”, ha expresado.
“No debemos contribuir a la ‘infodemia’. Hay que transmitir un mensaje de tranquilidad a la población y que sepan que cualquier vacuna que se apruebe en Europa habrá cumplido todos los requisitos necesarios”, ha añadido.
Martinón y Ortiz de Lejarazu, junto a Javier Díez Domingo, jefe del área de Investigación de Vacunas de FISABIO-Salud Pública y director científico del mismo, son algunos de los ponentes del curso ‘Vacunas y vacunaciones en la era COVID-19’.
Según Martinón, el proceso de desarrollo de una vacuna se está “acelerando, pero sin saltarse pasos”. “Lo que estamos haciendo es simultanear procesos de investigación clínica y los procesos industriales. Ya se están produciendo vacunas y empaquetando dosis que no sabemos si llegarán a utilizarse nunca, pero así una vez que se tengan los datos que permitan licenciar la vacuna, ya se tendrán dosis listas para distribuir. Pero eso no significa que se salten pasos”, ha explicado.
En cuanto a la distribución de las vacunaciones, los ponentes han asegurado que los primeros en vacunarse deberán ser los sanitarios y otros servicios esenciales, como la policía y los bomberos.
“Una regla general en vacunaciones es que primero hay que cuidar a los que cuidan para preservar la integridad del sistema sanitario”, ha destacado Ortiz de Lejarazu.
“A continuación se vacunará a las personas vulnerables, como las personas con patologías crónicas y a los ancianos”, ha añadido.
Por su parte, Javier Díez Domingo ha destacado que “el conocimiento que tendremos de la vacuna tras los ensayos clínicos nos orientará hacia qué grupos vacunar”.
“La vacuna ideal debe proteger de la enfermedad y de la infección, pero algunas vacunas solo protegen de la enfermedad. Es decir, la persona vacunada se puede infectar y no se pondría enferma, pero podría infectar a los demás”, ha explicado.
“Por eso, dependerá de los resultados. Si la vacuna evita la infección, se tendrá que vacunar a la gente que va a diseminar más la enfermedad. Si evita la enfermedad, habrá que vacunar a aquellos más propensos a desarrollarla”, ha añadido.
Sin embargo, Ortiz de Lejarazu ha recalcado que “en virus respiratorios, no hay ninguna vacuna que pueda proteger también de la infección. Probablemente la disminuyan, pero no la evitan completamente”. Por eso, recalca que “el virus va a estar entre nosotros un tiempo, incluso cuando tengamos la vacuna”.
Además, los expertos hacen referencia al grupo de edad en el que sea efectiva la vacuna. “Muchos de los ensayos en fase 3 no incluyen a personas ancianas, no tenemos tanta información. Por eso, quizás habría que empezar a vacunar a personas con patologías crónicas de menos edad y hacer lo que se llama vacunación ‘en nido’, es decir, vacunar a las personas que conviven con personas vulnerables”, ha apuntado el director emérito del Centro Nacional de Gripe.
En cuanto al papel de los niños en la pandemia, Martinón ha destacado que “parece que es menos importante de lo que pensábamos en un principio”.
“Antes nos basábamos en su comportamiento en otras enfermedades, como la gripe, donde los niños secretan mayor cantidad de virus. Ahora parece que los niños se contagian menos y transmiten menos la enfermedad que otros grupos de edad”, ha señalado.
Por ello, el jefe de pediatría del Hospital Clínico de Santiago opina que “a día de hoy, no parece que el grupo pediátrico sea prioritario para las vacunas”.