Santander, 25 de julio de 2022-. España asumirá la presidencia de la Unión Europea en el segundo semestre del próximo año 2023. Una presidencia que, tal y como ha asegurado esta mañana la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Pilar Cancela, pondrá el foco en estrechar la relación y el diálogo de la Unión Europea con América Latina.
Pilar Cancelas ha formado parte de la inauguración del curso de verano de la UIMP ‘América Latina y la Unión Europea: democracia, desarrollo y renovación del contrato social. Retos para la presidencia española de la UE 2023’, que se ha celebrado esta mañana en el Palacio de la Magdalena de Santander. El curso, organizado en colaboración con el Gobierno de Cantabria y la Fundación Carolina, pone sobre la mesa las oportunidades que surgen para establecer un nuevo contrato social y un proceso de desarrollo más inclusivo y sostenible tras la profunda crisis sanitaria y socioeconómica.
“La situación geopolítica y la globalidad nos hace necesario mirar más que nunca hacia América Latina”, ha afirmado la secretaria de Estado. Una región que “equilibra el tablero mundial” y que cuenta con una “capacidad enorme para poder contribuir a un nuevo mapa global”.
Cancela ha hecho hincapié en que América Latina se encuentra en una transición de los gobiernos nacionales que España y, en especial, la Unión Europea, ha de aprovechar para afianzar el “dialogo birregional”. “Se están produciendo relevos importantes en los distintos gobiernos, y creo que nos puede abrir una nueva etapa de un diálogo muy fructífero”, ha asegurado la secretaria de Estado.
En este sentido, una de las claves a tratar dentro del curso es la oportunidad de establecer un nuevo contrato social a través de la revitalización de la democracia. Pilar Cancela ha asegurado que es “necesario” alcanzar este nuevo contrato, y que, por ello, desde la Cooperación Española, “estamos trabajando en diálogos abiertos en América Latina”, que ayuden a establecer cómo ha de ser el contrato social.
La secretaria de Estado ha explicado que existe una reacción por parte de la ciudadanía de “desconfianza” hacia la gestión de las instituciones y los poderes públicos en las salidas de crisis. “Lo que se desconfía, sobre todo, es que sea la propia democracia el mejor sistema para poder resolver los problemas de los ciudadanos”.
