Santander, 18 de agosto de 2022.- “La ópera es un instrumento contemporáneo para hablar aquí y ahora de las cuestiones políticas, de las cuestiones sociales y de todos los temas que podemos, juntos, trabajar para hacer una sociedad mejor”, asegura Paco Azorín (Yecla, 1974), uno de los directores de escena más influyentes en la actualidad dentro del panorama nacional e internacional.
El también escenógrafo y productor ha codirigido, junto a Cristina Presmanes, directora musical, coaching vocal y pianista; Damià Carbonell Nicolau, director artístico de la Dutch National Opera; y Pedro Javier Chamizo Rodríguez, creador de video, director de escena y diseñador de iluminación, el Taller de Ópera. Binomio entre canto y escena, que se ha llevado a cabo durante dos semanas dentro de la programación de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Instrumento contemporáneo de creación
Para Azorín, “la ópera es un instrumento contemporáneo de creación” y de “transformación artística”, que ha sufrido durante los últimos años lo que él denomina una “recambio generacional”. “Las escuelas de arte dramático y de canto están llenas de chavales que quieren dedicarse a la ópera”, comenta.
Esto, añade, es “muy alentador” para este género teatral y afirma que “la ópera va a tener mucho que decir en los próximos años”. Para ello, Azorín apuesta por adaptar los clásicos y llevar a cabo “puestas en escena completamente contemporáneas”.
“Cuando cogemos óperas preexistentes, tenemos que adaptarlas a los problemas de aquí y de ahora”, señala, ya que eso hará que los ciudadanos se sientan interpelados: “La ‘contemporaneización’ de todos los conceptos es fundamental para hacer la ópera llamativa, atractiva y asequible a los espectadores de hoy y para que sean útiles una sociedad”.
Azorín subraya la figura del director de escena, cuyo papel es “fundamental”, en su opinión, en la ópera del siglo XXI ya que es el que se encarga de realizar las “relecturas en clave contemporánea de los títulos del gran repertorio”.
Taller
Este es el primer año que se imparte en la UIMP este taller dedicado a la ópera, un género que combina canto y escena, que ha cubierto “de sobra” las expectativas de sus directores y que en esta edición ha reunido a 15 alumnos, sobre todo chicas, de toda España que “vienen con unas ganas brutales de aprender”, señala el escenógrafo y productor teatral.
Centrado en el trabajo con jóvenes cantantes de ópera que, o bien han acabado de estudiar la carrera de canto o están todavía estudiándola, este curso busca acercar a estos futuros talentos al mundo profesional, para que “tengan contacto con un director de escena y para que, de alguna manera, den el salto desde las escuelas a los escenarios”, explica Paco Azorín.
El método de trabajo que utiliza este afamado artista murciano con sus alumnos se basa en hacerles entender qué están haciendo cuando interpretan a su personaje, “cuál es su objetivo”: “Cuando un personaje entra en escena tiene un objetivo que cumplir; lo que intento hacer siempre es provocar al alumno para que por sus propios medios encuentre las respuestas”, de una manera “dinámica y divertida”.
La dirección escénica de teatro ha sido el foco principal en el que ha basado sus sesiones durante estas semanas en las que dice, ha ayudado a “analizar la obra, los personajes y a construir sus papeles para interpretar mejor la música”.
“Es un taller en el que los alumnos vienen a trabajar”, destaca el director y por tanto, explica, desde el primer momento se han impartido conceptos básicos, se han puesto en valor algunas herramientas de trabajo pero han sido los propios alumnos los que “ han ido creando sus propios personajes, cantando sus arias y mejorandolas”.
Para ello, han contado con un elenco de profesores y maestros como Damiá Carbonell, responsable de contratación y cantantes de la Ópera Nacional Holandesa, en Ámsterdam, con el que han podido trabajar y aprender sobre cómo es un casting de ópera y como un cantante se presenta a una prueba para poder interpretar un rol. Paralelamente, Pedro Chamizo, que les ha hablado sobre cómo empezar una carrera propia, cómo autogestionar sus proyectos. Por su parte, Cristina Presmanes ha aportado al curso con su particular coaching a nivel musical, a nivel de piano.
El taller de ópera finaliza hoy mismo con una muestra en el Paraninfo de Las Llamas de Santander donde los alumnos “van a explicarle al público qué han aprendido durante estos días”, señala Azorín, a través de la representación de la obra ‘L’elisir d’amore’, un melodramma giocoso en dos actos con música de Gaetano Donizetti.
Futuro de la ópera
“Ha habido un crecimiento exponencial que tiene que ver con el crecimiento del número de escuelas de arte dramático y canto”, señala el artista, que indica que ya no solo se pueden encontrar estos centros de enseñanza en ciudades como Madrid o Barcelona, sino que casi todas las provincias de nuestro país cuentan con un “buen conservatorio donde tienen el grado superior de canto”. “Está muy bien vertebrado a nivel de educación”, considera.
Añade a esto, que es necesario “confiar y romper una lanza en favor de la educación pública” de la que destaca su transversalidad y a la que califica como “un auténtico ascensor social para las familias” que se puede complementar con las ofertas de las instituciones de índole privado.
Sobre la educación que reciben los estudiantes de canto actualmente, el director señala que tiene un enfoque “muy musical” a su criterio, y que no contiene apenas una perspectiva de dirección de escena. En este punto, el director indica que todavía, en las carreras oficiales de canto, la parte de la escena está “muy poco trabajada”. “Prácticamente se dedican solo a la parte musical, con lo cual vienen con una carencia muy importante de conocimientos relacionados con la puesta en escena y la interpretación”, añade.
El director y productor ha terminado la entrevista agradeciendo a la UIMP su implicación “porque es muy bonito que ramas artísticas como la ópera y la interpretación estén en los afamados y prestigiosos cursos de verano de la UIMP” y ha invitado a otros alumnos a participar con un mensaje claro: “En la ópera y en el arte dramático hay un futuro profesional”.