Santander.- El artista madrileño Miguel Ángel Oyarbide está convencido de que la pintura “es una actividad visual”. Es por eso que en su curso magistral La imagen y el ojo. Visión y representación plástica, que se desarrolla durante esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), trata de que sus alumnos aprendan a observar, ejerciten la capacidad visual y, derivado de este proceso, consigan “un análisis que repercuta en obras de arte cada vez mucho más sólidas y complejas”.
Para este curso, Oyarbide ha preparado “ejercicios de gimnasia visual”, donde los alumnos han de integrar nuevas maneras de enfrentarse al lienzo. En la clase no importan las técnicas, los materiales, ni tampoco la destreza con la que los asistentes dibujen. Según el especialista, el reto comienza cuando el ojo adquiere la relevancia para “aprender a ver el color y las formas, para trabajar de una forma más visual”. El profesor ha advertido del reto dual al que expone a sus alumnos: “Fomentar la capacidad de contemplación y aprender a fijarse más en el significante y menos en el significado”.
Para ello, el experto desarrolla ejercicios que sirven para ayudar a sus alumnos a visualizar las imágenes de nuevas maneras. “Mirar con los ojos entornados, por ejemplo, o la visión periférica”, ha explicado el profesor. Estas técnicas ayudan a apreciar lo observado de manera más natural. Por un lado, cuando entornas los ojos distingues las luces y las sombras de manera más clara, las líneas se difuminan y se consigue una imagen más cercana a la realidad del funcionamiento del ojo. En cuanto a la visión periférica, el artista ha considerado que “es muy útil a la hora de analizar la pintura y de trabajar”, pues ha indicado cómo “estamos acostumbrados a tener una visión central y no nos damos cuenta de que hay una reflexión extraordinaria y un entrenamiento magnífico para valorar colores, texturas y composición, mirando de soslayo”.
El profesor insiste en ofrecer maneras alternativas de intuir la imagen pues, en su opinión, “el panorama en la pintura no es halagüeño”. Para Oyarbide, la imagen ha de ser sugerida, ha de expresar una idea sutil para que sea el espectador quien complete el vacío de información gracias a su interpretación propia y, sin embargo, actualmente existe una corriente “hiperrealista” en la que “competimos por las imágenes, las imitamos, las seleccionamos, las acumulamos y también las ignoramos; pero no las usamos en el sentido de avanzar”.
Oyarbide propone paliar esta oleada de arte explícito y poco sugerente mediante la contemplación. Según este artista, la época en la que vivimos se caracteriza por la velocidad con la que percibimos gran cantidad de datos, que desvirtúan el objetivo original del arte y, como solución, ofrece “la capacidad de pararse y simplemente mirar, recrearse y pensar a través de lo que se ve”.
Créditos fotografía: Esteban Cobo | UIMP 2018