Santander.- “El feminismo es la llave que nos va a permitir otro modelo de masculinidades”. Son palabras del catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba, Octavio Salazar, durante su participación en el encuentro Violencia machista, cultura y sociedad, que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Durante su ponencia, titulada La superación feminista de las masculinidades tóxicas, Salazar ha asegurado que la “masculinidad hegemónica” se trata de un “problema personal, social, político e, incluso, económico” que se estructura en función del poder, de la violencia y de la negación. En base a esto, ha añadido, “ser hombre significa básicamente no ser una mujer” y, por tanto, “no comportarse como una mujer, no adoptar capacidades o habilidades femeninas, no expresar emociones que se identifiquen con ellas o no vestirse como ellas”. Y todo ello con un objetivo: “La necesidad imperiosa de demostrar que somos machotes permanentemente y dejar claro ante quienes nos miran que somos hombres de verdad”.
En este sentido, el catedrático de Derecho Constitucional ha explicado que la estructura de poder se articula sobre un “doble silencio del patriarcado”: el primero, la ausencia de “voz, palabra y autoridad de las mujeres” y, a su vez, el “silencio cómplice de los hombres”. Así, ha remarcado, “muchos hombres somos cómplices por omisión de todo ese hilo machista que sigue prorrogándose en la sociedad” y que ha permitido “la prórroga de ese perverso sistema de poder que es el patriarcado”.
Frente a esta situación, el catedrático ha indicado que existe un “nuevo contexto reivindicativo que se puede calificar como cuarta ola del feminismo”, un movimiento que, tal y como ha explicado, “está interpelando a los hombres que protagonizan esas situaciones de dominio, poder y explotación”. En todo esto “¿dónde se encuentran los hombres?”, ha cuestionado. “No podemos permanecer indiferentes ni al margen”, ha respondido. Y es que, según ha indicado, en este momento “el gran reto desde el punto de vista del feminismo es ir a la raíz de la desigualdad” y “plantar cara a la alianza entre el patriarcado y el neoliberalismo”.
En último lugar, Salazar ha indicado que la hoja de ruta para “revisar” esa masculinidad hegemónica es: “Conciencia de género, renuncia a los privilegios, paridad en lo público y en lo privado y la construcción de nuevos imaginarios colectivos”. En esta tarea, ha apuntado, es “urgente una educación feminista, que implique la construcción de nuevos referentes”, ya que “el conocimiento y la cultura es poder”.
Acto de inauguración
En el acto de inauguración del encuentro han participado el director, profesor titular de Medicina Legal de la Universidad de Granada y director de la Unidad de Igualdad, Miguel Lorente; la vicepresidenta del Gobierno de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, y la vicerrectora de Postgrado e investigación de la UIMP, Francisca G. Caballero.
El director del encuentro ha destacado que “se ha pasado de la negación de la violencia machista a la negación del machismo en la sociedad”, ya que, a su juicio, “ahora se reconoce que hay violencia porque hay mujeres asesinadas pero se niega que sea el machismo el factor desencadenante de los feminicidios”. En este sentido, Lorente ha hecho hincapié en que “esos 60 hombres diferentes” que cada año acaban con la vida de sus parejas o exparejas “no están vinculados a la criminalidad y no tienen alteraciones o patologías”, a pesar, ha añadido, de los “mitos tradicionales sobre el agresor”. Así, ha continuado, “necesitamos conocimiento crítico para poder romper con esa normalidad cómplice”.
A continuación ha intervenido Díaz Tezanos, quien ha señalado que el feminismo y las organizaciones de mujeres han iniciado un camino que las instituciones tienen la obligación de continuar: “Una agenda política debe estar guiada por la investigación constante de la realidad en la que vivimos”, ha dicho. Por eso, ha añadido, “nuestra prioridad es garantizar la seguridad, la atención y la reparación penal a las víctimas”, aunque esto, ha apuntado, “debe estar acompañado por un cambio en el discurso social y cultural”. En este sentido, la vicepresidenta ha afirmado que “la mejor forma de prevenir es educando en igualdad. No habrá desarrollo si no hay igualdad”.
En último lugar, la vicerrectora ha asegurado que la UIMP se siente “tremendamente orgullosa” de brindar un “espacio formativo” a los profesionales implicados en esta tarea, porque “encuentros como este definen la responsabilidad social de esta universidad”.
Fotografías: Esteban Cobo | UIMP 2018