Santander, 20 de julio de 2022-. Dos veces campeón del Másters de Augusta; tres veces ganador del Abierto Británico; cinco entorchados de la Ryder Cup; nueve títulos PGA Tour y 50 en el European Tour. Con ese palmarés, Ballesteros fue considerado el mejor golfista del mundo en su momento. Un aspecto insuficiente para ser profeta en su tierra. “En España, no había tradición de golf y se le empezó a valorar con el tiempo” comenta Miguel Indurain. “Si hubiera salido ahora, tendría mucha más trascendencia”.
El pentacampeón del Tour de Francia ha sido uno de los ponentes de la última mesa redonda de la primera jornada del curso ‘Creadores santanderinos y cántabros: ‘Seve Ballesteros: su impacto en el mundo del golf y en el deporte cántabro y español’. Una propuesta conjunta de la Asociación Cultural Plaza Porticada y el Ayuntamiento de Santander, dentro del marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Indurain, junto al exbaloncestista José Luis Llorente y el periodista Santiago Segurola, aportó su experiencia y su conocimiento para analizar el impacto del genial golfista de Pedreña en el deporte español. “Seve y yo salimos porque nos encantaba nuestro deporte y tiramos hacia adelante” explicó el navarro a los periodistas desplazados a la UIMP. “Nosotros nos formamos individualmente porque en aquella época había poco apoyo institucional y poco respaldo de equipos”.
El curso pretende significar la herencia deportivo – cultural de Seve Ballesteros en torno a tres temas fundamentales: la dimensión humana del deportista, su trayectoria deportiva y la trascendencia de su figura. Pionero del golf en España y responsable de la popularización de esta disciplina en nuestro país, Ballesteros está considerado uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos. Un ranking que, según Indurain, “siempre resulta muy complicado de elaborar”. “Comparar deportes y épocas es muy difícil porque todo cambia” continua el ex ciclista. “A la hora de valorar quién es mejor, pues pasa como los colores, hay gustos para todo”.
Independientemente de las comparaciones, el legado tanto de Ballesteros como del propio Indurain está fuera de toda duda. En el trigésimo aniversario de su segundo Tour y su primer Giro de Italia, el considerado mejor ciclista español de todos los tiempos confiesa que “los aficionados de cierta edad todavía me dan las gracias por los buenos años que pasaron cuando yo corría”. “Que se acuerden de aquellas gestas es algo que a uno le satisface mucho.
El curso continuará en la jornada de mañana con tres mesas redondas sobre el cambio del paradigma del golf para Europa, los valores que transmitió Seve Ballesteros y su imagen en Cantabria, España y el mundo.