Santander, 11 de julio de 2022.- “Las vacunas contra el covid son resultado de la nanomedicina”. Esta ha sido una de las ideas apuntadas por Luis Manuel Liz-Marzán, investigador del Centro de Investigación Cooperativa en Biomateriales CIC biomaGUNE, con sede en San Sebastián, en la rueda de prensa que ha protagonizado posterior a la inauguración del curso ‘La medicina del futuro: Nanomedicina’ junto a Fernando Herranz Rabanal, investigador del Instituto de Química Médica, y Ana Victoria Villar Ramos, del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria y directora del curso que se hace en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El catedrático ha sido el responsable de inaugurar la cita académica con una charla inicial sobre cómo la nanociencia puede resolver algunos de los problemas actuales de la medicina y, concretamente, llegar a contribuir en el campo de la medicina personalizada a través de estudios en los pacientes que permitan adaptar las técnicas de terapia establecidas.
Este curso, que tiene lugar en los Cursos de Verano 2022 de Santander y está enmarcada en el 90 aniversario de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), ha puesto sobre la mesa durante su jornada de apertura el papel de la nanotecnología en aplicaciones de lo más variadas como pueden ser la Biomedicina.
En este sentido, Liz-Marzán ha subrayado cómo en la vida cotidiana existe “bastante satisfacción” con la contribución de la nanomedicina en la pandemia. “Se puede decir, con poco riesgo de equivocarse, que las vacunas de covid han sido derivadas de la nanomedicina, y los test de diagnóstico también”. Estos dos ejemplos ponen de manifiesto que la temática del curso es “completamente actual” y que la nanomedicina tiene una capacidad de futuro “extraordinaria”, a juicio del investigador.
Nanomedicina y tratamientos
Liz-Marzán también ha recordado que aún no se conoce cómo el covid afecta a cada persona y que, a día de hoy, los avances que se están produciendo en nanomedicina conducen a que seamos capaces, en los próximos años, de hacer una identificación de los parámetros que definen la reacción a la enfermedad de una forma suficientemente rápida para adaptar así las terapias a cada grupo de pacientes.
En este sentido, el catedrático ha agregado que ya existen muchas terapias dedicadas exclusivamente a distintos tipos de enfermedades, pero lo que no existe una adaptación de las dosis; algo que si se conociera con anterioridad permitiría el ahorro del coste de medicamentos que no son efectivos.
Retos actuales
Uno de los campos en los que más contribuye la nanomedicina a día de hoy es el del diagnóstico, ya que así lo permiten las propiedades de los nanomateriales. Es el caso de los test de antígenos, pruebas de autodiagnóstico rápidas que no siempre funcionan bien, pero que ayudan a resolver muchos problemas de la vida cotidiana según ha apuntado Lil-Marzán.
El investigador ha subrayado que esto no es algo que se haya puesto de manifiesto con la llegada de la covid-19, sino que se trata “exactamente” del mismo concepto que se lleva décadas utilizando para los test de embarazo y para muchos otros diagnósticos, basados en nanomateriales y en sus propiedades. Unas propiedades que no existen en materiales de otros tamaños y que, precisamente por sus dimensiones, se pueden adaptar a métodos de diagnóstico.
Esos mismos materiales se pueden utilizar para diferentes terapias, como es el caso de los nanomateriales de oro con los que se trabaja en el CIC biomaGUNE en estudios de ensayo clínico de tratamiento específico y selectivo de cáncer. Un tratamiento que si se llega a aceptar y a administrar de forma adecuada, podrá evitar en gran medida muchos de los efectos secundarios.
En relación a esto, Liz-Marzán ha destacado que existen muchos otros materiales destinados a tratamientos, como es el caso de la liberación de fármacos con los que se ha trabajado desde el comienzo de la nanomedicina: “Hay materiales que se pueden dirigir de una forma bastante específica a la zona donde tienen que actuar, la velocidad de liberación de los fármacos se puede adaptar mediante la construcción química de los materiales para reaccionar de una forma bastante precisa al entorno en el que debe actuar. Por ejemplo, en los tumores se sabe que hay una variación del pH que puede activar o desactivar la degradación del transportador del fármaco, y eso puede hacer más eficiente o más suave el tratamiento de ciertas enfermedades”.
Futuro de la nanomedicina
Sobre el futuro de la nanomedicina, el investigador ha asegurado que existen muchas vías que se están considerando y que dan lugar a tratamientos y diagnósticos muy eficientes. También, otras que están todavía en marcha. No obstante, a día de hoy muchas empresas pequeñas surgen de ideas de aplicación novedosa y encuentran inversores que apuestan por estas tecnologías de futuro. La mayor parte de estas surgen en Estados Unidos según ha indicado Lil-Marzán, quien ha hecho un llamamiento para que, en estos momentos, se abogue por que el modelo de negocio de la ciencia y de transferencia del conocimiento cambie gradualmente en España, y se dirija más hacia la inversión.
Por su parte, Herranz Rabanal, del Instituto de Química en Madrid, ha afirmado que alrededor de 130 investigadores trabajan desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en diagnóstico in vitro o transporte de sustancias en enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y cáncer, a través de iniciativas que ponen el foco en la Nanomedicina y que fomentan el intercambio de conocimiento entre estudiantes, investigadores o jefes de grupo dentro de la institución.