Santander.– "Para Roberto Bolaño la literatura es combate con la realidad. Una lucha cuerpo a cuerpo que evoca la existencia espartana de aquellos 300 de las Termópilas". Así ha definido José Mª Lassalle al escritor chileno, cuyo nombre es sinónimo de la creación literaria "en español en este tránsito del siglo XX al XXI", para el que "la literatura es la única arma de combate y la lectura la única arma. Escribir y leer para resistir y sobrevivir más allá de la desesperanza", y que hace posible una "gran literatura, una forma de escritura incómoda que colisiona con los parámetros de la sociedad del espectáculo hegemónica en nuestros días", ha explicado.
Lassalle ha inaugurado el encuentro Roberto Bolaño: estrella distante, que se celebra estos días en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo organizado por la Fundación Chile-España y por la Asociación Plaza Porticada, junto al rector César Nombela, la presidenta de la Fundación Chile-España, María Ángeles Osorio, la presidenta de la Asociación Plaza Porticada, Elena García Botín, y el filólogo y director del curso, Dámaso López.
El secretario de Estado de Cultura ha comentado que "en Bolaño se entrecruzan las líneas de tensión y fuerza que identifican el talento creativo hoy día, cuando la modernidad agoniza en un entorno que bien podría describirse como eterno naufragio, que modela nuestra cotidianeidad bajo la apariencia de un zombi sin alma ni inteligencia".
En su obra, Bolaño refleja "la agonía de esa ansiedad milenarista que define nuestro mundo desde el 11-S y la crisis económica que nos precipitaron al apocalipsis feliz que nos acompaña". A pesar de estas circunstancias, el autor chileno, según ha explicado Lassalle, "lejos de tirar la toalla ante este horizonte de frustración, saca pecho y se envalentona". De hecho, ha afirmado que "cogió el toro de la existencia por los cuernos, a pesar de que esta le corroyó el hígado y le dobló físicamente porque era un samurái romántico".
Literatura comprometida
Lassalle también ha explicado que "en la personalidad de Bolaño se entremezclan dos estilos intelectuales" que le convierten en "un francotirador invisible que dispara sobre aquello que merece ser abatido por los dardos de su reflexión". Y ha asegurado que el autor de 2666 evidencia que la literatura no tiene por qué estar pendiente de "ese compromiso alcanforado que esgrimen con golpes de pecho los que tienen la desfachatez de calificar su quehacer intelectual de comprometido". Al contrario, Bolaño levanta "la bandera del compromiso con la escritura y lo hace con letras mayúsculas".
A preguntas de los medios de comunicación, Lassalle ha comentado que "hablar de Bolaño es hablar de la complejidad de nuestro mundo, de las frustraciones, de los sinsabores, del desarraigo, de tantas cosas que nos acompañan a cada uno de nosotros y que debemos ser capaces de poner sobre la mesa". Por ello, ha definido este encuentro como "fundamental" pues demuestra que "la literatura sigue siendo un instrumento de activación crítica del presente".
En el acto de inauguración, María Ángeles Osorio ha recordado que este es el cuarto encuentro centrado en literatura chilena en el que participa la Fundación Chile-España, y que se ha centrado en "uno de los escritores más influyentes del siglo XX que se ha consagrado como un autor imprescindible. Su propia realidad y sus experiencias vitales se reflejan en sus ásperas tramas marcadas por el exilio y la actualidad política y que dibujan una figura irreverente de agudo humor, distinguida inteligencia con los que se identifica hoy al autor, considerado un mito por sus lectores".
Por su parte, Elena García Botín, en nombre de la Asociación Plaza Porticada, ha asegurado que este curso pone el foco en "la figura de Bolaño, probablemente el último mito que nos ha legado la literatura hispanoamericana, autor de una obra que fascina a las nuevas generaciones de lectores en español".
Fotografía: Juan Manuel Serrano