Lascaux o cómo sacralizar el patrimonio prehistórico para el desarrollo económico de una región

Santander.- Como ocurre en Altamira, la protección y conservación del yacimiento arqueológico de Lascaux, en el departamento francés de la Dordoña, ha supuesto un desafío a la hora de mantener la oferta patrimonial de cara al público preservando la cueva original. A explicar cómo ha afrontado la administración del país vecino este reto ha dedicado Valérie Chamouton, directora general adjunta de Territorios y Desarrollo del Consejo Departamental de La Dordoña, su intervención en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el marco del encuentro Arte rupestre y turismo cultural.


Y es que, como ha asegurado Chamouton, el valle del Vézère, donde se ubica Lascaux, “es un santuario científico y patrimonial para la Humanidad”, jalonado por varios yacimientos prehistóricos del Paleolítico. Un tesoro cultural que en 1963 tuvo que cerrar al público debido al deterioro generado por el CO2 de los mil doscientos visitantes al día que entraban en la cueva, y que provocó que “las autoridades públicas comenzaran a investigar para desarrollar proyectos innovadores y poder así mantener la oferta patrimonial”, ha explicado la representante del departamento de la Dordoña.


Chamouton, que ha subrayado la “necesidad de sacralizar” el entorno del yacimiento para “reducir la frecuentación humana sobre el monte de Lascaux”, ha detallado los diferentes estudios de investigadores y científicos que siguieron a la apertura de la réplica de la cueva, Lascaux II, en 1983. También se ha referido los esfuerzos de la administración encaminados a “conservar el patrimonio de la Humanidad para generaciones futuras, además de preservar el valle de Vézère con todo su atractivo para el turismo internacional”.


Así, actualmente, además de recibir la condición de site classé en 2015 a través de un decreto ministerial, las autoridades públicas han desarrollado varios proyectos: el Polo Internacional de la Prehistoria, que representa la estructura de orientación y valoración de los sitios prehistóricos de la zona; la Exposición Internacional (Lascaux III), de 700 m2, que sirve como embajador internacional y que ya ha visitado Chicago, Montreal, Bruselas o Japón, entre otros lugares, y que hace de embajador internacional; y el castillo de Campagne, que alberga el Instituto Nacional de Investigación Arqueológico y dependencias administrativas.


Para finalizar, Chamouton ha expuesto el gran proyecto para el futuro del yacimiento, Lascaux IV, un Centro Internacional de Arte Parietal que se sirve de las últimas tecnologías en realidad aumentada, y que trata de “promover la cueva original y ser una referencia indispensable en turismo cultural, a través de un discurso científico riguroso acompañado de experiencias lúdicas para todo el público”. Un centro que, desde su apertura en diciembre de 2016, ya contabiliza doscientos cuatro mil visitantes.

Fotografía: UIMP 2017 | Esteban Cobo