Santander.- "Es uno de los profetas del cine español". Esta es la razón que ha dado José Luis Garci en su laudatio por la que el crítico de cine Miguel Marías ha sido galardonado con el VIII Premio de Cinematografía de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo."Marías–ha asegurado el oscarizado director- es uno de los mejores cineastas que ha habido en España y para él, la crítica es como filmar un documental o un cortometraje".
Garci también ha recordado cómo se conocieron y ha asegurado que entonces, "en aquella época oscura, el cine era un relámpago de luz tremendo". Ese relámpago les ha mantenido unidos en sus trayectorias vitales y laborales, y el director ha elogiado la labor de su colega. Así,ha apuntado que su crítica de cine tenía "voz propia y saltaba de la Edad de Piedra a la Ilustración". Eso sí, también ha hecho un futurible y ha explicado que "si Miguel se hubiese dedicado a filmar, su cine sería como el de Godard, la nouvelle vague o John Cassavetes".
El cineasta ha asegurado que Marías tiene "un conocimiento musical extraordinario, su conocimiento de la cultura y del arte es fantástico, tiene mucha fuerza comunicativa y en sus críticas hace filosofía, desentraña las películas de una forma cercana y emotiva".
El director de la Filmoteca de Cantabria, Enrique Bolado, ha sido el encargado de presentar el acto y ha hablado tanto de la situación actual del cine como del galardonado. Así, ha afirmado que "la crítica es esencial para la labor del arte. Sin apreciación a las obras es difícil que el artista pueda crear, ser reconocido e influir en la sociedad y en aquellos que no son expertos".
"Un premio inmerecido"
Después de la lectura del acta del Consejo de Gobierno por parte del secretario general de la UIMP, Álvaro Gutiérrez Berlinches, y de la laudatio de Garci, Miguel Marías ha agradecido la concesión del VII Premio de Cinematografía, galardón que considera inmerecido ya que se le concede por "hacer algo que le gusta". Como ha explicado el que fuera director de la Filmoteca Española (1986-1988), nunca se dedicó a la crítica por ganar dinero, sino por diversión: "Hay gente que lo pasa mal, pero yo descanso escribiendo".
Este "cineasta global", como le ha llamado Garci, se ha definido como "defensor de las causas perdidas", y es que, para él, es muy importante reconsiderar las películas y no perder la paciencia con algunos directores: "Hay que estar todo el rato revisando el cine", ha aconsejado. Eso sí, aunque ha asegurado que la buena o mala labor de los críticos no es directamente proporcional a la calidad del séptimo arte de un país.
"Normalmente los críticos solemos ser odiados, hay pocos directores que aguanten que digas que no te gusta una de sus películas". A Marías esta sinceridad le ha llevado a perder algunos amigos, algo que no se ha cumplido en el caso del director de El abuelo. De hecho, el crítico de cine ha recordado que tras ver por octava vez Volver a empezar, que se llevó el Óscar a Mejor Película Extranjera en 1982, sigue "odiándola a muerte", pero esto no ha afectado a su relación con el cineasta madrileño. De hecho ahora tienen algo más en común y es este Premio UIMP de Cinematografía, que Garci recibió en 2013.
El rector de la UIMP, César Nombela, ha cerrado el acto recordando la vocación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de premiar la excelencia en el ámbito de la creación. Así, ha asegurado que Marías es "el crítico de cine más importante que hay en España". Por ello, "la UIMP ha querido premiar su labor de análisis, de pensamiento y de estudio de lo que representa el fenómeno del cine en el mundo y en nuestro país".
Asimismo, ha explicado que "esta universidad con el VIII Premio de Cinematografía ha reconocido la labor de alguien que ha reflexionado y ha analizado este arte que no por ser llamado séptimo es el menor" y ha señalado que a pesar de "todo lo que suponen los medios modernos", Marías ha podido seguir evolucionando a la misma velocidad que el cine. Y por eso, Garci ha destacado que el galardonado "no ha hecho como yo y se ha quedado anclado en el cine clásico y no tiene miedo a la novedad".
Fotografía: Esteban Cobo