Santander.- Han pasado cincuenta y dos años desde que Mario Camus rodara Con el viento solano, y por eso no le ha sido fácil echar la vista atrás para recordar este largometraje, proyectado dentro del seminario Literatura y cine: Mario Camus, que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). La película, una de las muchas adaptaciones del cineasta cántabro, tiene mucho que ver con la "amistad y admiración" que sentía por el creador de la historia, Ignacio Aldecoa: "Me permití algunas licencias que le parecieron bien. Siempre he tenido suerte con los escritores que he trabajado. Nunca he tenido grandes conflictos con ellos", ha asegurado.
El director de Los santos inocentes o La colmena ha reflexionado sobre el tema central de este seminario: la literatura y el cine. En su opinión, tanto si se trata de adaptaciones por encargo o por decisión propia, siempre hay que pensar que se trata de "dos formas de narrativa diferentes" y por lo tanto hay sucesos que son importantes en una novela y en una cinta no. Para explicarlo ha puesto de ejemplo los olores o la vida interior de los personajes, "aspectos más difícil de profundizar en el cine que en la novela". Además, ha hecho mención de la esclavitud del tiempo al que siempre se ha tenido que ceñir el trabajo cinematográfico y "a pesar de ello, se pueden hacer, y de hecho se han hecho, adaptaciones formidables de textos históricos", ha afirmado.
Lo más importante para él cuando se adapta una novela es "tratar de detectar el espíritu de lo que está en la obra, a eso hay que ser absolutamente fiel". Aunque son dos formas diferentes de contar una historia, literatura y cine son "complementarios" pues parten "de la cotidianeidad de la gente".
Intervención de Sánchez Noriega
El profesor de Historia del Cine y del Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid, José Luis Sánchez Noriega, uno de los expertos en el cine de Mario Camus, ha explicado los grandes rasgos del trabajo del director cántabro que cuenta con "una carrera profesional importante" en la que destacan veintinueve largometrajes y en torno a cincuenta horas de televisión. Este homenaje a uno de los cineastas más importantes de España tiene lugar en el seminario Literatura y cine: Mario Camus que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Una de los requisitos más importantes en la personalidad de un director de cine, ha declarado Sánchez Noriega, es "el compromiso con la tarea bien hecha", un rasgo que desde el principio tuvo Camus. El responsable del curso ha explicado que la personalidad del cineasta viene de "una doble herencia": el cine clásico y la nouvelle vague. La primera referencia hace mención a los grandes narradores del séptimo arte de la época y la segunda, a una generación bien formada y ligada a la literatura: "Fueron los primeros cineastas que estudiaron en universidades y una de las generaciones que más leía", ha señalado. Por eso, en su opinión: "El mundo del libro le ha sido más próximo, además es una persona a la que no le gustan las aglomeraciones de gente, es en el vis a vis donde se encuentra más cómodo", ha añadido sobre el director de Los santos inocentes o La Colmena que era amigo de grandes escritores como Ignacio Aldecoa, Daniel Sueiro o Miguel Delibes.
"No le interesan las historias fantásticas o de ciencia ficción y eso viene de la herencia de la literatura", ha apuntado el profesor de Historia del Cine al reflexionar sobra las características del trabajo de Camus, quien tenía "un compromiso no moralizante": "No predica nada, pero tiene una visión de la realidad desde el compromiso y una sensibilidad ante los problemas ajenos", ha subrayado. La "lucha por la vida y el respeto al oficio" o "la redención al pasado" de los personajes son otras de las características de su cine en el que hace "una narrativa que trata más sobre el personaje que de la historia".
Fotografía: Juan Manuel Serrano/UIMP