Santander.- Mentiras y tretas, engaños, y el sufrimiento provocado por el amor, fueron los ingredientes que se combinaron sobre las tablas del ciclo Escénicas en el Casyc, que la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) despidió con la representación de la obra La ternura del director y dramaturgo madrileño Alfredo Sanzol.
Inspirado en el universo de las comedias de Shakespeare, esta representación de leñadores y princesas encontrados accidentalmente en una isla, desembarcó en el Teatro Casyc, que vivió una atmósfera de risa y divertimento ante las peripecias de los protagonistas. Un reparto formado por Paco Déniz, Elena González, Natalia Hernández, Javier Lara, Juan Antonio Lumbreras y Eva Trancón, con escenografía y vestuario a cargo de Alejandro Andújar, iluminación de Pedro Yagüe y música de Fernando Velázquez.
El montaje, que tras su paso por Santander regresa a la capital dentro de la programación del Teatro Infanta Isabel, cuenta la historia de una reina algo maga y de sus dos hijas princesas, que viajan junto a la Armada Invencible obligadas por Felipe II a casarse en matrimonios de conveniencia con nobles ingleses, una vez se lograse con éxito la invasión de Inglaterra. Sin embargo, la reina Esmeralda odia a los hombres porque siempre han condicionado su vida y le han quitado su libertad, así que no está dispuesta a que sus hijas tengan el mismo destino que ella.
En La ternura se ve la influencia sobre todo de La tempestad y de Noche de reyes, pero también de Como gustéis, Mucho ruido y pocas nueces y Sueño de una noche de verano. El juego, el engaño, los cambios de identidad, la confusión de personalidades, los espacios como elementos mágicos, los bosques, las islas, todo ello forma parte del imaginario shakesperiano, que Sanzol ha sabido integrar en su obra, donde La ternura termina impregnando la peculiar relación entre leñadores y princesas.
Fotografías: Esteban Cobo | UIMP 2018