Santander, 24 de agosto.- Jorge Benedicto, catedrático de Sociología en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), ha expuesto durante los Cursos de Verano organizados por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) que “el confinamiento ha servido para sacar a la luz los problemas que hay alrededor de la distribución los cuidados. El hecho de que los niños se queden en casa muestra que las mujeres son las que más se ocupan de este tema”.
“Antes eran los académicos los que hablaban sobre la distribución de las tareas en los hogares, pero esto nos obligará como sociedad a intentar avanzar en este terreno”, ha añadido.
Estas declaraciones han tenido lugar en el encuentro ‘COVID-19: crisis, desafíos y cambios sociales’ que ha comenzado hoy en el Palacio de La Magdalena de Santander.
Los ponentes de este seminario reflexionarán durante dos días sobre las consecuencias sociales del COVID-19, desde la precariedad hasta la distribución de los cuidados con perspectiva de género y las transformaciones políticas que ya se atisban.
Respecto al asunto de igualdad de género, Marta Soler Gallart, catedrática de sociología y presidenta de la European Sociological Association, ha explicado que “también ha habido problemas de violencia de género, violencia doméstica, abuso infantil durante el confinamiento. Esas problemáticas que ya existían, se han visualizado más en este periodo”.
“Está en debate cómo se va a tratar este asunto porque todavía hay muchos puntos en los que avanzar, ligados al tema del teletrabajo o cómo esas tareas duplican el trabajo de las mujeres”, sostiene Soler.
Respecto a la vuelta a las aulas, la socióloga, ha expresado que “hay que hacerlo en condiciones que permitan que no aumenten los brotes. Tenemos ejemplos de cómo lo han hecho otros países para que no se tengan que cerrar las escuelas. Por ejemplo, en Corea del Sur o en China han abierto el curso escolar aislando casos concretos de contagio y con medidas muy claras de mascarillas, controles de temperatura y distanciamiento”.
En relación al confinamiento de ciertas áreas, Benedicto, que dirige junto con Laura Fernández de Mosteyrin el curso que se ha inaugurado hoy en la capital cántabra, considera que “el hecho de que se salga menos en determinados barrios no elimina los problemas que hay en ellos”.
“En algunos barrios hay problemas sociales relacionados con la densidad de población, la calidad de las casas, con casas pequeñas y sin ventilación. Y las crisis visibilizan estas cuestiones que ya sabíamos que existían”, ha expresado.
“No podemos hacer recaer la responsabilidad en los individuos, sino que es una cuestión colectiva que nos atañe a todos y a las instituciones. Esto no se soluciona con que algunas personas no salgan de sus casas. El confinamiento es una medida transitoria y la vida social tiene que seguir existiendo”, ha mencionado el experto en sociología.