Santander.– El doctor en Comunicación Isidro Catela ha destacado, en el curso Ciberbullying y Adolescencia: la responsabilidad educativa en la era digital organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que la "hiperconexión" a las tecnologías digitales es la principal causa del ciberacoso en jóvenes y niños y que la obligación de frenar esta patología recae tanto en los padres como en las escuelas.
En esta línea, Catela ha subrayado que nos encontramos inmersos en una sociedad marcada por la "brecha digital" y una hiperconexión obligada, en donde los principales protagonistas son los llamados "nativos digitales". Así, la generación de la era digital 3.0 está viviendo en un "aislamiento de la realidad" producto de la continua conexión a las herramientas tecnológicas y a internet que les priva de la capacidad del "pensamiento crítico". Por eso, el deber de los padres y de las escuelas es darles una formación humanística e inculcarles un "intelectualismo moral", puesto que la mejor manera de desarrollar y conocer el bien es a través de "la reflexión y de la buena moral". Algo que la "hiperconexión" y la interactividad entre usuarios están impidiendo en la llamada sociedad de la información.
Todo ello, según Catela, está directamente relacionado con el ciberbullying que sufren los niños y jóvenes en la actualidad, una nueva forma de acoso a través de las redes sociales e internet y cuyos términos jurídicos todavía están bastante difusos. Además, según el especialista, el perfil del agresor, en estos casos, es el de "alguien que comete acciones malignas pero sin motivaciones de odio".
También Catela ha hecho hincapié en que nuestra esfera íntima ha pasado, de forma acelerada, a hacerse visible en Internet y que la intimidad, un ámbito "no observable y lleno de emociones como amar, pensar u odiar", ha sido modificada por lo público. De esta forma, las nuevas tecnologías digitales "han convertido la intimidad en un espectáculo", según ha explicado Catela. Asimismo, ha destacado que "cuando la hiperconexión se lleva a un extremo, nos hunde en una especie de autismo digital y nos coloca en un universo que nos impide desarrollar nuestras capacidades como ser humano". Además, hace que se confundan la vida real y la virtual, en donde "los ámbitos de construcción personal se ven alterados".
Como soluciones para frenar el aislamiento que la hiperconexión ha producido en los "nativos digitales", Catela ha dado una serie de propuestas morales que tanto los padres como las escuelas deben imponer a los niños y jóvenes. Entre ellas, ha destacado "la desconexión y la abstinencia digital", es decir, crear espacios de silencios fuera de las herramientas tecnológicas, y también "propiciar la ética de las relaciones y hábitos, así como educarlos, desde edades tempranas, para que reparen en cualquier tipo de detalle en sus experiencias vividas".
De esta forma, Catela ha concluido con que "debemos ir más allá de cultivar una ética de valores", y educar a los jóvenes tanto en el conocimiento como en la experiencia.
FOTOGRAFÍA: Juan Manuel Serrano / UIMP.