Santander, 26 de julio de 2023-. El seminario ‘América Latina y la UE, socios en un mundo en cambio: una nueva etapa en las relaciones UE-CELAC’, celebrado en los Cursos de Verano 2023 de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y organizado en colaboración con la Fundación Carolina, ha celebrado una mesa redonda donde han expuesto sus ideas sobre la relación entre las regiones mencionadas Josep Borrell, vicepresidente de la CE y alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad; Luis Guillermo Solís, expresidente de Costa Rica; Antonia Urrejola, exministra de Relaciones Exteriores de Chile; Carlos Andradas, rector de la UIMP; y José Antonio Sanahuja, catedrático de Relaciones Internacionales y director de la Fundación Carolina.
Una mesa redonda que ha dado pie a un interesante diálogo con interlocutores tanto de Europa como de América Latina y que ha abordado diversas cuestiones sobre la actualidad de unas relaciones que vivieron en la cumbre UE-CELAC celebrada los días 17 y 18 de julio en Bruselas un nuevo hito. Unas conexiones, que como ha explicado José Antonio Sanahuja, se plantean en “un mundo convulso que no se caracteriza por la estabilidad y marcado, entre otras cuestiones, por la emergencia climática como riesgo existencial”. Respecto a esas relaciones, Borrell ha apuntado que “hay que establecerlas yendo más allá del tópico de que somos socios naturales porque compartimos la misma lengua e historia”. El alto representante de la UE ha criticado que esas relaciones no hayan sido “intensas ni comprometidas” en los últimos años en el escenario mundial. Una situación que ha explicado por “los problemas internos de los países latinoamericanos y porque para Europa Latinoamérica no era ni un problema ni una solución”. Centrándose en la geopolítica ha incidido en la necesidad de ver cómo Latinoamérica se sitúa en los nuevos conflictos: el armado de Ucrania ante el que “ha votado en contra, pero no existe una condena rotunda”; y uno no armado que “es el que se libra en el Pacífico entre la emergencia China y la dominante EE.UU”.
Integración
Luis Guillermo Solís, expresidente de Costa Rica, ha centrado el análisis de esas en la necesidad de integración en Latinoamérica que “está muy lejos de alcanzar los niveles europeos”. Solís ha precisado que “después de los 35 años de los acuerdos de paz no hemos avanzado, sino que estamos involucionando, con una dictadura dentro pero con otra adelantada como es la de El Salvador”. “Ante temas como las migraciones, el cambio climático o el desarrollo tecnológico, tenemos que asumir que todo ello pasa por la integración, que la veo muy verde, y, por lo tanto, algo remota”, ha defendido. Además, ha reivindicado la “cooperación” donde “las diferencias son mayúsculas desde el punto de vista político”.
La política exterior chilena
La mesa redonda también ha permitido conocer las diferentes posiciones en política exterior en Latinoamérica a través de la exposición de Antonia Urrejola, exministra de Relaciones Exteriores de Chile. Posiciones que pasan por la neutralidad activa —mayor énfasis en lo económico que en lo político—; el no alineamiento activo —apela a la bipolaridad—; y la autonomía estratégica que es la que desarrolla en estos momentos el gobierno chileno. Una opción que pasa por entender el mundo como multipolar y por poner la política exterior al servicio de la política interna a través de las potencialidades propias. Dentro de eso, Urrejola ha destacado la “política turquesa” que entiende la importancia del cambio climático y también los tintes feministas que tiene esa política exterior chilena.
Dos temas más se han puesto encima de la mesa, el papel de las universidades en esas relaciones, una cuestión que ha querido lanzar el rector de la UIMP, entendiendo que pueden ser actores “con más presencia”, así como la necesidad de que América Latina hable de temas como Venezuela, Nicaragua o Cuba porque “en América Latina hay países que se niegan a hablar de algunas cosas”, ha defendido Solís.
Iniciativas de paz
Por último, Josep Borrell se ha congratulado de cualquier iniciativa de paz, pero ha pedido a “todos los agentes que abogan por la paz que no dejen de calificar la paz”. “Está la paz de los cementerios, donde hay paz pero no vida; la paz del vencido; y las paces justas que se resuelven desde el respeto internacional, el respeto a la soberanía e integridad territorial. Por eso a mí no me vale cualquier paz, la paz justa reconoce a los agresores y a los agredidos”, ha sentenciado.