Santander.- Eulalia Moreno Mañas, profesora de Investigación de la Estación Experimental en Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha sido una de las ponentes de la XVIII Aula de Verano «Ortega y Gasset» de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). El objetivo de su intervención, según ha señalado la experta, ha sido convencer a los alumnos de dos cosas: “Los desiertos y zonas áridas no son sitios desérticos, y merece la pena cuidarlos”.
En su ponencia Biodiversidad y conservación de las zonas áridas: lo que no se ve también existe, Moreno Mañas ha señalado que “aunque parecen ecosistemas vacíos, estos lugares están llenos de vida”. En concreto, ha puesto el foco en la fauna de estos lugares, profundizando en algunos de las formas de adaptación que llevan a cabo, y las investigaciones que han realizado sobre el camachuelo trompetero en este tipo de zonas en España.
Como introducción al tema ha señalado que “hay desiertos en todos los continentes, incluso en la Antártida”. Asimismo ha explicado que “una de las formas más antiguas de vida”, los estromatolitos -estructuras rocosas con diferentes estratos-, están presentes en estas zonas.
Durante su intervención, también ha hecho hincapié en que “los desiertos y zonas áridas deben ser conservados como cualquier otro bioma humano”. En este sentido, ha señalado que “son puntos calientes de biodiversidad y están en mayor riesgo que otros biomas”.
En cuanto a las adaptaciones de supervivencia de los animales que viven en zonas áridas, Moreno Mañas ha señalado varias, clasificándolas de manera conceptual. Las primeras son las comportamentales: enterramientos, migraciones estacionales o utilización de partes de su cuerpo para darse sombra. En segundo lugar, ha hablado sobre las fisiológicas, por ejemplo “acumulando grasa y cuyo metabolismo libera gran cantidad de agua”, como en el caso los camellos, o “modificando la composición cuticular para hacerla más impermeable a la pérdida de agua”. Finalmente, ha hecho referencia a las adaptaciones morfológicas: en el caso de los avestruces, ha señalado la protagonista, “las plumas sirven como protección térmica contra la excesiva insolación”.
La parte final de la ponencia la ha reservado para hablar sobre el camachuelo trompetero, un pájaro situado en el único desierto en Europa: el desierto de Almería, y otras zonas áridas cercanas. Basándose en las investigaciones que han llevado a cabo en el CSIC, la experta ha detallado que este tipo de animal se ha trasladado de África a España, y según ha matizado, “esto ha sido causado por el calentamiento global”.
En cuanto a las adaptaciones del camachuelo trompetero para sobrevivir en este tipo de áreas, Moreno Mañas ha destacado dos, la migración y la comida: “Se alimentan de lo que produce más agua y de lo que tardan menos en manipular”. De estos animales también ha resaltado que son especies que sirven como biomarcadores.
Fotografías: Esteban Cobo | UIMP 2018