Santander, 16 de agosto de 2023-. Generación de órganos mediante impresoras 3D, utilización de células madre o creación de ‘organoides’ —mini órganos producidos in vitro— son algunas de las prometedoras estrategias que se exploran dentro del campo de la biomedicina, donde brillan investigadoras como Eloisa Herrera González, neurocientífica del Instituto de Neurociencias de Alicante.
La pasada semana, Herrera participó en el ‘Aula Blas Cabrera’, una iniciativa de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que reunió en el Palacio de la Magdalena de Santander a los mejores expedientes universitarios del país, donde conversó con los jóvenes acerca de su área de especialización: recuperar nuestro sistema nervioso tras una lesión mediante la regeneración de axones —parte de las neuronas que transmiten los impulsos nerviosos—.
“Tejidos como la piel son capaces de regenerarse espontáneamente, sin embargo, otros como el Sistema Nervioso Central (SNC) no lo son”, señala la neurocientífica. Aun así, Herrera, como experta en lesiones medulares, es optimista. “En el SNC se están realizando otras aproximaciones capaces de reparar daños, por ejemplo, en pacientes con tetraplejia, permitiéndoles recuperar en cierta medida la movilidad”, comenta. Sin embargo, para que exista progreso, la biomedicina sigue dependiendo de la experimentación animal, un tema muy debatido en la actualidad por su controversia.
Experimentación en animales
Una parte fundamental de la investigación biomédica es la experimentación, que se realiza en animales para evitar riesgos en humanos y este hecho ha supuesto un fuerte debate en los últimos años. Eloisa Herrera sostiene que “la experimentación animal hoy en día sigue siendo esencial y sin ella, desgraciadamente, la biomedicina no puede avanzar”. La neurocientífica señala que “es cierto que ahora se están utilizando otros medios como ‘organoides’ o experimentos in vitro, pero uno llega hasta donde puede llegar. La experimentación animal no garantiza que vaya a funcionar en humanos, pero te ayuda a saber si es seguro”, aclara.
Aun así, Herrara señala como “en la actualidad hay un movimiento bastante fuerte que intenta que todo esté controlado y a mi me parece bien porque los animales también tienen derechos y tienen que ser tratados de forma correcta”. La experta en neurociencias comenta que, como investigadores, “tenemos que hacer cursos para saber cómo tratar a los animales e incluso tener aprobados muchos protocolos. Siempre se intenta utilizar el menor número de animales posible”, defiende.
Avances biomédicos
“Durante muchos años se ha tratado de recrear los axones dañados en pacientes, por ejemplo, con tetraplejia, pero no teníamos las herramientas suficientes”, declara la neurocientífica, quien destaca el año 2015 como una fecha clave, “un grupo americano consiguió demostrar que mutando un par de genes los axones recrecen después del daño”.
No obstante, dentro del campo de las lesiones medulares, “es mucho más complicado porque cuando se produce una herida, el sistema inmune nervioso se moviliza y va hacia ella, haciendo una especie de tapón que impide que los axones recrezcan”, comenta Herrera. La investigadora sostiene que en este campo se están haciendo otros avances exitosos como “dispositivos capaces de ‘bypassear’ —desvío alternativo que funciona como puente entre dos partes— un corte medular y activar las neuronas que quedan sanas, capaces de inervar las distintas extremidades”, explica.
“La investigación biomédica está traspasando fronteras”, afirma Herrera y prueba de ello son las aproximaciones que se están llevando a cabo para reparar daños en órganos humanos, combinando la biomedicina con otros campos como el de la robótica o la estimulación eléctrica, capaces de conseguir la regeneración de los axones dañados.