Santander.– La Universidad Internacional Menéndez Pelayo ha inaugurado, junto al presidente de la Asociación Española de Psicología Conductal (AEPC), Gualberto Buela, el curso Cómo mejorar el ánimo y la calidad de vida, que tiene como ejes principales el cuidado del sueño en el envejecimiento, los trastornos del estado de ánimo, la depresión y el disfrute del trabajo y de la vida.
Gualberto Buela, también director del curso, ha destacado como factores que influyen en la calidad del sueño el tiempo, la conducta, el ambiente y el organismo, aunque, a su juicio, "la edad es lo que determina los cuatro factores". Así, el psicólogo ha comenzado su ponencia explicando que "el tiempo total que dormimos depende de los ciclos de sueño, que serán diferentes en función de la edad de cada persona, pues desde el nacimiento hasta el envejecimiento el sueño va cambiando". Un factor que, sin duda, no podemos cambiar. Sin embargo, existen otros elementos rutinarios que facilitan o inhiben la calidad del sueño y que pueden ser mejorados o modificados.
En este sentido, "el lugar donde dormimos, la luz, la temperatura, la hora a la que nos acostamos y levantamos, o las actividades que realizamos durante el día determinan la calidad del sueño", ha señalado Buela. También la conducta o la actividades físicas que realizamos (o no) durante el día afectan directamente al sueño. Por una parte, practicar deporte en horas de mañana o tarde ayudará a dormir mejor, pero si llevamos a cabo actividades físicas intensas un par de horas antes de acostarnos, influirán negativamente en el sueño. Esto es lo que se denomina "activador fisiológico", aquel elemento que determina la calidad o estructura del sueño.
Buela también ha destacado la diferente necesidad de sueño de cada individuo, conocido como patrones de sueño. Estos, ha afirmado, "son invariables y, por tanto, no se pueden cambiar". "Se dividen en tres grupos: las personas que necesitan dormir menos de 6 horas, aquellas que lo hacen entre 6 y 9 horas y las que su cuerpo les exige dormir más de 9 horas", ha explicado. Y finalmente, existe un grupo de patrón de sueño variable: "Se trata de individuos que "son muy susceptibles a los cambios de sueño, que en su caso es de una calidad muy diferente al resto de los grupos".
Por otro lado, el director del curso ha hablado sobre los dos tipos de persona que existen según su pauta de sueño: los diurnos y los vespertinos. En España, ha subrayado "somos animales diurnos", porque solo 8 horas de las 24 de un ciclo es de noche, la parte del día que los individuos dedicamos a dormir. Por eso, "cuando se alteran los horarios de sueño por razones laborales, escolares o personales, el rendimiento de la persona es mucho más bajo", ha afirmado. Esto ocurre, por ejemplo, en la universidad "cuando los alumnos dedican la noche al estudio suelen sacar peores notas que quienes lo hacen en horario de tarde o mañana", ha destacado. En esta línea, Buela ha opinado que, con la excepción de determinados servicios públicos, deberían "prohibirse" en las empresas los turnos nocturnos, puesto que alteran la calidad de sueño de sus trabajadores.
Por último, el presidente de la AEPC ha repasado las reglas de "higiene del sueño" que deben cumplirse para un descanso de buena calidad. En primer lugar, ha hecho hincapié en "educar a las personas para lograr hábitos de sueño más adecuados". También "separar las dos vidas: vigilia y sueño. Lo que hacemos durante el día influye a la hora de dormir, por eso, es importante separar los estados". Como principales reglas, ha señalado "no acostarse con hambre, dormir con una temperatura agradable, no superior a 23 grados y sin luz ni ruidos. Retirar el despertador de la habitación, reducir las siestas, y evitar fumar, tomar alcohol y realizar ejercicio excesivo dos o tres horas antes de acostarse", ha concluido.
FOTOGRAFÍA: Juan Manuel Serrano / UIMP.