Santander, 9 de agosto de 2019-. El pintor, editor y estampador de obra gráfica Pepe Herrera está dirigiendo esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) el taller “experimental” Una imagen, dos técnicas: impresión digital y serigrafía, al que, según Herrera, ha podido asistir “cualquier persona” que tuviese “ganas de aprender y algo de iniciativa”.
“No hace falta tener conocimiento. En principio, no. Cualquier persona puede acceder a lo que estamos haciendo”, señala el artista en una entrevista concedida a la UIMP, rodeado de los botes de pintura y las plantillas que han ocupado estos días una de las salas del Palacio de La Magdalena. “Con que tenga un poco de ganas de aprender y algo de iniciativa, puede ser cualquier persona”, insiste.
Aun así, matiza que casi todos sus alumnos, cuya asistencia estaba condicionada por las doce plazas disponibles, cuentan con formación artística; “menos un abogado, que anda por ahí”, bromea.
Herrera explica que el curso, “de iniciación”, funciona como una introducción a “cómo combinar diferentes técnicas de grabados sobre un mismo soporte”, mostrando las posibilidades artísticas y tecnológicas que ofrece el mezclar la serigrafía con metodologías de estampación.
De ese modo, los estudiantes han aportado tres o cuatro imágenes digitales que les interesaban, traídas de sus casas y estudios, para poder trabajar sobre ellas, imprimiéndolas en el taller y proponiendo cada uno las ideas que tenía para modificarlas y llegar así a la obra final.
Sobre esos primeros dibujos, fotografías o recortes, Herrera les ha expuesto cómo responderían a “diferentes maneras de trabajar la serigrafía”, utilizando “todo un abanico de maneras de hacer”. “Lo hemos hecho con plantilla, y también con pantallas directamente sobre la impresión que ellos han hecho, con diferentes sistemas, y enseñándoles, además, cómo hacer el registro de la pantalla o el de la obra, los resultados y cómo funcionan las tintas y las trasparencias encima de la imagen que ellos han hecho”, detalla.
El estampador apunta que algunos de los asistentes llegaron al taller con una obra ya, más o menos, “encarrilada”, mientras que otros lo hicieron “sencillamente por curiosidad, porque es una técnica que no conocían o que habían dado en la facultad muy por arribita, muy de pasada”.
Los alumnos han tenido “absoluta libertad” para crear la obra que quisiesen y a partir de la imagen que decidiesen imprimir, por lo que el papel de Herrera ha sido “orientarles”. “Lo que pasa es que, es curioso, a medida que van trabajando en el curso, ellos mismos van modificando esa idea preconcebida que tenían, con la que venían, la van modificando y al final se adaptan a lo que estamos haciendo aquí. Que yo creo que es lo más interesante”, afirma.
Herrera insiste en que este curso tiene vocación de ser “de iniciación”, pero que, si alguno de los alumnos quisiera “hacer más énfasis” en las técnicas abordadas, lo “puede hacer perfectamente”.
“Ellos en casa ya pueden hacer también parte de lo que hemos hecho aquí, porque son técnicas que tecnológicamente son muy complicadas, pero, a nivel rudimentario, se pueden hacer con muy pocos elementos y muy pocos recursos”, destaca.
El artista, nacido en 1958 en Santa Clara (Cuba) y residente en España desde 1987, también enseñó a sus alumnos, al comenzar la semana y como ejemplo o punto de partida, algunas de las obras o ediciones que realiza en su estudio de Madrid, el Taller Pepe Herrera.
En ese espacio, Herrera ha trabajado, haciendo realidad sus ideas y encargos, con los pintores Rafael Canogar, Alfonso Albacete, Antón Patiño o Luis Feito.
Foto: Juan Manuel Serrano (UIMP)