El pianista Víctor Rodríguez promueve las composiciones latinoamericanas en la UIMP

Santander.- La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) acoge durante esta semana el curso magistral Chopin en Latinoamérica: la influencia del Romanticismo en los compositores latinoamericanos los siglos XIX y XX, impartido por el pianista Víctor Rodríguez. El curso une el origen cubano del artista con la estética del romanticismo europeo que influyó sobre la música latinoamericana: “Nací en Cuba y tengo una vocación hacia la música cubana, y, como todos los pianistas, estudiamos con la música europea”.

“Promover la música latinoamericana que no forma parte habitual del currículum de estudio de un pianista clásico europeo” es el objetivo principal del Curso Magistral, en palabras del músico. La intención de Rodríguez, según ha explicado, es “motivar” y enseñar el reflejo que también tuvieron en Latinoamérica “los valores estéticos que en Europa están acostumbrados a escuchar”, propias del Romanticismo, y la gran explosión en el piano del siglo XIX, que provocó “un gran desarrollo del instrumento, de la técnica, de la fórmula escrita e incluso de la cantidad de música para el instrumento”.

El curso gira entorno a la obra de Chopin como “figura icónica del romanticismo y figura icónica del piano”. El artista ha explicado que el pianista de nacionalidad polaca, “a diferencia de otros que hicieron cosas para muchos formatos”, escribió “principalmente” para piano, aunque tiene “alguna que otra obra para voz o violoncello”.

“El curso está enfocado a que los alumnos prepararen repertorio de Chopin y obras de origen latinoamericano con una estética romántica, y trabajar desde el punto de vista de las obras”, ha explicado Víctor Rodríguez. Sin embargo, como también hay alumnos oyentes que no son músicos, según ha expresado, está mostrando “de qué van las obras, por qué hay que tocar de determinada forma, de dónde salieron las piezas o si hay algún antecedente de la forma elegida”.

Durante el encuentro, los alumnos músicos “practican las piezas durante dos horas diarias” en el Conservatorio Ataúlfo Argenta de Santander, lo que les permite “hacer distintos enfoques y probar puntos de vista un poco diferentes de lo que traen para ver cómo se puede mejorar la performance”.

Créditos Fotografía: Juan Manuel Serrano | UIMP 2018