Santander.– Manuel Díaz Olalla, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Humanitaria (SEMHU), asesor del Instituto de Salud Pública del Ayuntamiento de Madrid y exvicepresidente de Médicos del Mundo, ha participado en el taller Agenda 2030 para el desarrollo sostenible: ¿una oportunidad para un mundo más justo y sostenible? con una sesión centrada en Los retos globales de la salud en la nueva agenda de desarrollo sostenible.
La salud es un derecho fundamental y eso es un hecho innegable. En los últimos cuarenta años ha avanzado más que "durante siglos y siglos de humanidad", ha asegurado Díaz. De hecho, "la esperanza de vida ha subido en todo el mundo 6,8 años" de media. Las causas de estos avances han sido principalmente tres: las vacunas, el acceso a agua mejorada ("es un eufemismo, ni siquiera se habla de agua potable") y los programas materno-infantiles ("pequeñas iniciativas muy rudimentarias que tienen un gran impacto en la salud").
Díaz ha explicado que lo que ha pasado en el mundo es que "unos han avanzado enormemente más que otros, por lo que también han aumentado las brechas". Ha añadido que "en un país como España, que es desarrollado, el peso del sistema sanitario en la salud es mínimo", mientras que hay aspectos más importantes: factores biológicos, estilo de vida, entorno y sistema de cuidados. Así, ha asegurado que "la inmensa mayoría de los problemas en España vienen por el estilo de vida", aunque el peso de esos factores dependen en cada parte del mundo. Por ejemplo, en Sierra Leona, "los problemas de salud básicamente dependen del entorno, y la presencia de un sistema sanitario, aunque sea rudimentario, es de un impacto enorme".
El médico ha explicado también la diferencia que supone vivir en un barrio más o menos desarrollado: "Los hombres que viven en un barrio con menor desarrollo tienen mayor tasa de mortalidad, dentro de una misma ciudad". De la misma manera está afectando la crisis en España, ya que se ha convertido en "el país con más desigualdad de la Eurozona", con un porcentaje de hogares en los que todos los activos están sin trabajo que ha aumentado del 2,5% al 10,6%. De hecho, acorde a las palabras de Díaz, "el desempleo aumenta un 20% la tasa de mortalidad".
En esta línea, ha asegurado que "el sistema sanitario reduce la desigualdad un once por ciento cuando interviene, más que la educación", ya que "el gasto público tiene un efecto homogeneizador de la desigualdad", lo que significa que hay que hacer más "políticas sociales". Este es uno de los objetivos fijados en la Agenda 2030: subsanar las desigualdades sociales de la salud en una generación.
Así, Díaz ha explicado las tres premisas fundamentales: "Mejorar las condiciones de vida, luchar contra la distribución desigual del poder, el dinero y los recursos y medir la magnitud del problema, analizarlo y evaluar los efectos de las intervenciones". Además, ha asegurado que "disminuir la carga de muertes en los países en desarrollo es posible, factible y barato". De esta manera, ha señalado que "las vacunas infantiles son eficaces para reducir las muertes por sarampión, los mosquiteros para las camas evitan las muertes por paludismo y las estrategias de prevención del VIH reducen el sida". Estas son algunas de las medidas que se podrían tomar para disminuir el número de fallecimientos y no son caras, según Díaz.
Por último, entre las metas del objetivo número tres de la Agenda 2030, el relacionado con la salud, destaca que "el hecho de que todo el mundo tenga acceso a un sistema sanitario público de calidad, la cobertura sanitaria universal, es nuevo totalmente". Sin embargo, también ha señalado que no siempre el acceso a la sanidad pública es lo que mejora la salud de una sociedad y ha puesto el ejemplo de la educación en países poco desarrollados: "Las niñas que van a la escuela se casan tarde, al casarse más tarde tienen menos hijos, son más mayores cuando los tienen, hay más espacio entre hijo e hijo, están más preparadas para criarlos, atenderlos o buscar ayuda, lo que incide de manera extraordinaria en la salud de madre e hijos".
Fotografía: Juan Manuel Serrano | UIMP