La escritora Cristina Morales (Granada, 1985), ganadora del Premio Herralde de Novela 2018 por Lectura fácil, ha ofrecido hoy una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, con motivo de su participación en los Martes Literarios que tendrá lugar esta tarde a las 19 horas en el Paraninfo de La Magdalena.
Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas, ha admitido que es “una mala lectora”. “Lo que más leo son fanzines, conozco más el panorama fanzinero que el literario. El panorama fanzinero está muy bien, sobre todo en Barcelona en las casas de okupas y en Santander. La Lechuza tiene una fanzinoteca buenísima. Tiene unos fanzines de los que creo que la literatura en general debería nutrirse, bueno, las mentes en general”.
“A mí me gusta distinguir, en vez de entre literatura fácil o difícil, entre literatura legible e ilegible. Una cuando escribe novelas tiene que hacer literatura legible para que llegue al lector, pero a mí me interesa la literatura ilegible, algún día me liberaré de todas las constricciones que supe escribir una novela, que son muchas, y podré escribir algo ilegible, es decir, que no necesariamente tenga que ser leído por cualquiera”, ha explicado la escritora.
Cristina Morales también se ha referido al objetivo de su novela: “Mi intención no era tanto aportar temas para el debate sino hablar de lo que me sublevaba en mi experiencia con las personas mal llamadas `personas con discapacidad´. Que a raíz de la novela se haya creado cierto debate en torno al concepto como qué es el tutelaje, qué es la integración, qué significa inclusión… me parece bueno. Estaba fuera de mi plan, era una forma de debatir conmigo misma”.
A su juicio, el concepto `personas con diversidad funcional´ es el “políticamente correcto” hoy en día. “Lo valoro como todos los eufemismos, los carga el diablo porque se connotan negativamente al cabo de los años. Recordemos que la palabra `subnormal´ era una palabra eufemística para no decir `idiota´ o `el tonto del pueblo´ y hoy en día no forma parte de la corrección política”, ha considerado.
“Las palabras eufemísticas que designan realidades incómodas están condenadas a transformarse cada cierto tiempo porque la realidad incómoda no desaparece”, ha asegurado la novelista quien cree que el lenguaje se puede utilizar como “un arma transformadora y como un arma opresora”.
Además, ha añadido que le gusta hablar del lenguaje como una “tecnología capaz de seducir, convencer, humillar…”. “El lenguaje tiene la capacidad de transformar las palabras opresoras en palabras liberadoras o, al menos, señalarlas y quien dice transformar el lenguaje dice transformar la sociedad, no es un arma menor”, ha valorado Cristina Morales.
Por otro lado, a preguntas de los periodistas sobre la posible de existencia de censura en el mundo editorial, la escritora ha afirmado que “la violencia editorial está soterrada y es más violenta porque es más invisible”, en comparación con la censura en el mundo de la música. Aunque ha aseverado que una editorial “jamás dirá que ejerce censura contra sus autores”.
Por último, Morales ha manifestado que en estos momentos no tiene “un libro entre manos” pero ha trasladado su deseo de ampliar el ensayo Tsunami. Miradas feministas. “`La puta´ como centro del pensamiento feminista. Es un texto breve de diez páginas. Me gustaría poder ir más a fondo en el tema”, ha reconocido.
Foto: Esteban Cobo (UIMP)