Santander, 29 de julio de 2019-. El director del Museo Nacional de Arte Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, considera que “archivo, memoria y amnesia van totalmente juntos”, porque “todo lo que se archiva conlleva algo que deja de archivarse, a lo que no se le presta atención”.
Borja-Villel ha realizado esta reflexión en la inauguración del encuentro Archivo y memoria, que se celebrará hasta mañana, 30 de julio, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y del cual es director.
En la presentación de estas jornadas, le ha acompañado el coleccionista y propietario del Archivo Lafuente, José María Lafuente, quien ha explicado que el curso surge de la relación de trabajo que existe desde “hace unos diez años” entre ambas entidades.
Según ha apuntado Lafuente, la idea de reunirse en Santander nació de las discusiones que Borja-Villel y él mantienen, en reuniones mensuales, en torno a aquellos temas que les “son afines”, como el arte, los archivos o cuáles han de ser los elementos diferenciadores o fundamentales de una colección.
“A través de todas estas conversaciones, llegamos a un momento en el cual dijimos: ‘¿Por qué no vehiculamos este tipo de charlas que tenemos entre los dos hacia un público más extenso, para que también haya una idea pública de qué es lo que estamos hablando?’ Y ese es el motivo por el que estamos aquí”, ha apuntado Lafuente.
Por su parte, el director del Museo Nacional de Arte Reina Sofía ha enumerado, al abrir el encuentro Archivo y memoria, los “elementos básicos” que ha de tener un inventario documental o artístico, así como cuáles son algunas de sus características.
Así, por ejemplo, ha defendido la importancia de “saber de dónde vienen” las piezas que lo forman, ya que, a su juicio, “un archivo es, ante todo, un topos, un lugar que habla de la relación entre los documentos, los objetos o los registros” que lo componen, “y también de la relación entre ellos y con el lugar en el que están”.
“Es fundamental ver lo que se recuerda y todo aquello que se va olvidando, y las relaciones de poder que existen en ese proceso”, ha apuntado Borja-Villel, quien ha subrayado, además, la necesidad de que los archivos sean accesibles “a todos” y de que colaboren con otras instituciones.
En ese sentido, ha indicado que también los museos han de estar en contacto con entidades de similar naturaleza. “La idea de un museo aislado es impensable”, ha afirmado.
Se ha referido, asimismo, a la sede asociada del Museo Nacional de Arte Reina Sofía en Santander y a la permanencia de los fondos del Archivo Lafuente en Cantabria.
Ha asegurado que se “siguen los plazos previstos para que haya una sede” en la región, y ha indicado que, tanto el museo que dirige como el Archivo Lafuente, siguen “creciendo en líneas similares”. “Y por tanto, la colaboración es cada día más fuerte y más intensa”, ha añadido.
“Todo está en plazo, todo se sigue trabajando”, ha coincidido Lafuente, quien ha reiterado que “se están dando pasos firmes” para que la capital cántabra cuente con una sede asociada del Reina Sofía.
Ha negado que la situación del Gobierno nacional vaya a retrasar su llegada, porque, según ha dicho, “la parte técnica sigue trabajando” para hacerla posible.
En la jornada de este lunes del seminario Archivo y memoria también han participado el historiador del arte y profesor de la Universidad de Harvard Benjamin Buchloh y la directora del Museo de Arte Moderno de Liubliana y del Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Eslovenia, Zdenka Badovinac.
Buchloh ha hablado del arte como “anestesia” y “respuesta” frente a los “traumas” sufridos por la humanidad, como las guerras mundiales o los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki. Así, ha mencionada a artistas como el italiano Piero Manzoni, uno de los principales representantes del movimiento del ‘arte nuclear’.
Zdenka Badovinac, por otro lado, ha abordado diferentes manifestaciones artísticas que tomaron como punto de partida o inspiración las guerras yugoslavas o de los Balcanes, y ha hablado así de creadores como el esloveno Marko Peljhan.
Badovinac ha tratado la pérdida de la memoria o el impulso que experimentaron los archivos documentales en la década de 1990; y ha opinado que en ese auge tuvo un papel importante la “ruptura del estado federal” de la antigua Yugoslavia, que origino “la primera gran crisis de refugiados de Europa, después de la de la Segunda Guerra Mundial”.
Foto: Juan Manuel Serrano (UIMP)