Santander, 18 de agosto de 2022.- Sonja, Misato Arai, Thérèse, Wei Hau y Joseph son cinco de los 59 alumnos que participan en los Cursos para extranjeros de lengua y cultura española que organiza la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y que acoge durante el mes de agosto el campus de Las Llamas de Santander, como parte de los Cursos de Verano. Un intercambio en el que participan alumnos de quince nacionalidades y diferentes edades cuyo objetivo es aprender nuestra lengua a la vez que disfrutan de conocer la ciudad cántabra.
A través de los convenios con universidades o a título personal, los alumnos pueden acudir a estos encuentros académicos dirigidos a estudiantes de 16 años en adelante.
Barbados
“Estoy aquí para mejorar porque enseño español en una escuela secundaria en mi país”, explica Sonja, una estudiante que ha venido desde Barbados a la UIMP para “hablar mejor y con mayor fluidez” en nuestro idioma.
En el curso asegura estar aprendiendo mucha gramática y vocabulario, aunque destaca que una de las cosas que ha aprendido ha sido el uso de ciertas palabras como “venga”, una coletilla que se utiliza en españa y que para ella “era un poco raro” pero ahora entiende a la perfección. Sonja comenta que es su primera vez en España y en este curso y dice que le encanta: “Siempre he querido visitar Europa, especialmente España porque el español es mi pasión; me gusta la cultura, la música, la comida, todo”.
La profesora barbadense asegura que nunca va a “olvidar esta experiencia” y destaca la riqueza de tener entre sus compañeros de clase tanta variedad de nacionalidades: “Hay gente de todas partes del mundo”.
Japón
Misato Arai viene de Japón, lleva seis años aprendiendo español allí y actualmente sigue estudiándolo porque lo necesita para su trabajo, ya que quiere unirse al cuerpo diplomático. La estudiante japonesa señala que existe una gran diferencia entre estudiar un idioma en el extranjero, ya que en España, “durante la vida diaria podemos practicar conversaciones casuales y luego durante las clases aprender más expresiones formales”.
Para Misato Arai las clases de español en la UIMP son “muy útiles” ya que “el profesor va corrigiendo nuestros errores y así podemos saber la tendencia de errores que tenemos”. Además cuenta que las clases cuentan con una parte teórica, dedicada a la gramática y otra “más interactiva” en la que practican el idioma hablado por grupos. “No solo podemos conocer la cultura española sino también la cultura de nuestros compañeros; eso me sirve mucho para conocer el mundo y la manera de pensar de cada uno”, añade.
Además de ayudar a mejorar el nivel de los alumnos, la estudiante japonesa destaca la amplia oferta cultural que proporcionan estos cursos con los que pueden disfrutar de exposiciones de flamenco, talleres y actividades deportivas como vela o surf.
Suecia
“Mi experiencia es muy positiva, me gustan mucho mis profesores, las actividades aquí y la ciudad de Santander”, dice Thérèse, una estudiante sueca que confiesa haber degustado probado platos típicos de la cultura española como “las croquetas, el pescado de Santander, los pinchos o las tapas”. Dice que le gusta mucho España y sobre todo la ciudad cántabra porque aquí “la naturaleza es muy bonita” y que quiere aprender español porque le gustaría hacer un intercambio en Sudamérica en el futuro.
Thérèse destaca que todos sus compañeros de clase son de “lugares muy diferentes del mundo” y esto hace que el español sea el idioma común que utilizan para relacionarse durante su estancia en la UIMP.
Corea del Sur
Wei Hau tiene 50 años, viene de Taiwán pero es originaria de corea del sur y dice estar sorprendida pero la “mezcla” de estudiantes que hay en estos cursos “yo pensaba que era la estudiante más mayor pero hay alumnos de todas las edades; me parece increíble”: “La mezcla de diferentes generaciones en una clase ayuda a comunicarnos e informarnos de más cosas”. Durante los ocho años que lleva viviendo en España afirma que es la primera vez que habla tanto: “Aquí los profesores preparan muy bien, preparan hablando y utilizando juegos”.
La estudiante surcoreana explica que nada más comenzar el curso, la universidad hace una prueba de nivel a los alumnos para conocer su conocimiento sobre la lengua y en función del mismo, se les asigna una clase, aunque durante el curso, van comprobando que efectivamente, se sienten cómodos y llegan a esos niveles asignados. Wei Hau dice que ella misma tuvo que cambiarse del nivel B2 al B1 y que ahora está “más feliz, más tranquila y estoy aprendiendo” y dice que ha tenido suerte porque “los profesores no solo están enseñando sino que están atentos a todos los alumnos”.
Alemania
Joseph es uno de los alumnos más veteranos de estos cursos de español para extranjeros. Es alemán y comenzó su andadura en estas aulas “a mediados de los años 80”, hace ya casi 40 años, cuando hizo su tesis. “Mi español no es perfecto, pero basta para reuniones y para el mundo académico” asegura Joseph que dice que todo lo que ha aprendido de español durante estos años ha sido gracias a la UIMP: “Mi español es cien por cien de la UIMP”.
Para el alemán, una de las cosas que más le gustan de los cursos es que, en los niveles más avanzados como en el “C”, se imparten clases de fonética, una parte de la lingüística que estaba acotada a los cursos más “básicos” y en la que solo se aprenden las reglas y nada más.
Sobre por qué recomendaría después de tantos años estos cursos para aprender español, Joseph afirma que “el argumento es fácil” y es que “este concepto de universidad de verano no es muy frecuente en otros países” como Alemania o Francia y que la ventaja de poder acudir a estos cursos y mezclarlo con “un poco de playa y un entorno estival” es una opción que no ha encontrado en ningún otro lugar: “Es algo bastante único”.