Santander.– El jefe de unidad técnica del Contrato Integral de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Joaquín Jiménez Barral, ha explicado las herramientas que existen para reducir el tráfico motorizado en el encuentro La movilidad sostenible. Un reto para las ciudades que se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Así, ha puesto como ejemplo cuatro medidas: el acceso a zona de tráfico restringido, el control de tráfico circulante, los parquímetros y las zonas de carga y descarga.
En primer lugar, ha explicado que los accesos a zonas de tráfico restringidos son "áreas en las que se limita la circulación a residentes, comerciantes o carga y descarga". Es una herramienta "muy potente", pero tiene sus efectos secundarios: toneladas de papeleo para los usuarios. En esta línea, Jiménez ha explicado también en qué consisten las Áreas de Prioridad Residencial (APR), aquellos espacios en los que se restringe el acceso de vehículos a los no residentes y que han ido extendiéndose por el centro de Madrid. Así, también ha dado algunos datos del funcionamiento de esta medida: de media al mes se han tramitado 110.000 autorizaciones de paso nuevas, un total de más de millón y medio al año. Además, hay 2.500 denuncias todos los días y el 85 por ciento de las multas al mes son de "vehículos que sólo han pasado una vez, probablemente porque no han visto la señal".
La segunda herramienta para reducir el tráfico motorizado es el control de tráfico circulante, que aun no se ha instalado en Madrid, y su sistema es "prácticamente el mismo de la APR, con un sistema OCR (Reconocimiento Óptico de Caracteres) que lee una matrícula". Jiménez ha asegurado que "la demanda de movilidad ha disminuido en los últimos años, pero el vehículo privado sigue teniendo un peso muy importante". Así, ha explicado que es "previsible que en los próximos años la demanda de movilidad aumente y con ella el volumen de emisiones si no se toman medidas". En ciudades como Singapur o Londres se ha puesto un peaje urbano, el que paga una tasa por congestión pasa y "esto está sujeto a debate, a lo mejor es poco democrático porque solo pasa el que tiene dinero para pagar".
En tercer lugar está la gestión del estacionamiento, que se divide en tres modalidades: aparcamientos de residentes (subterráneos para dejar "más hueco libre en la vía pública"); aparcamientos de disuasión (la unión de "estacionamientos con transporte público, para dejar el coche y continuar el viaje al centro de la ciudad en autobús o metro"); y la regulación del aparcamiento en la vía pública, que en Madrid comenzó en 1970 y "desde 1980 con Tierno Galván como alcalde se asumió la gestión de la ORA (Ordenanza Reguladora de Aparcamiento) por parte de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid". Por último, la cuarta herramienta es la gestión de las zonas reservadas para estacionamiento (zonas de carga y descarga) y Jiménez ha afirmado que "cada ciudad tiene sus propias normas en cuanto a la distribución de la mercancía, cuando debería ser algo común porque los distribuidores viajan por toda España".
Fotografía: UIMP | Juan Manuel Serrano