Santander 27 de agosto.- Antonio Alcamí, virólogo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO-CSIC), ha advertido hoy en el Palacio de La Magdalena de Santander que “la detección del virus en el aire no es fácil, pero ya tenemos métodos que están funcionando. De momento los hemos aplicado en el Hospital de La Paz en Madrid y en el Severo Ochoa en Leganés”, ha declarado.
“Hemos detectado mucho virus en el aire en urgencias, algo que era esperable. En otras zonas, como en la UCI o en la entrada de recepción, hemos visto que son zonas muy limpias, es decir, que las medidas que se han tomado en los hospitales de llevar mascarilla han resultado”, ha apuntado.
Según el virólogo, el objetivo es “utilizar estos métodos para detectar posibles comienzos de olas de COVID-19 en hospitales”, en los que teniendo un filtro en la zona, “podamos hacer un ensayo en unas pocas horas y saber si hay virus o no en al aire”.
Alcamí ha apuntado que este método necesita mejora, pero ha adelantado que podría estar listo “para el próximo verano, quizás antes”.
También ha hecho referencia a una tecnología que están desarrollando junto con el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) y el Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona con la que se podrían detectar partículas de aire que contuviesen virus “en tiempo real”.
“Esto es más elaborado y necesitaríamos más tiempo para desarrollarlo, pero sería muy interesante contar con este tipo de tecnologías en el futuro”, ha manifestado.
Alcamí lidera el proyecto AIRCovid19 (Air Innovation & Research for covid 19), donde se están desarrollando tecnologías para detectar el virus en el aire en diferentes zonas de hospitales y centros de salud.
El investigador ha descatado el papel de las microgotas que se generan al hablar en la transmisión del nuevo coronavirus SARS-COV-2.
“La diferencia de estas gotas con las de mayor tamaño es que permanecen en suspensión en el aire durante más tiempo. Ya hay muchas publicaciones que han demostrado que hay genomas virales en suspensión en sitios cerrados”, ha explicado Alcamí.
“Incluso una publicación reciente ha demostrado por primera vez que esas micropartículas contienen virus con capacidad de infectar. Obviamente, estas partículas van a tener un papel relevante en la pandemia”, ha añadido.
Estas declaraciones se han producido en el curso ‘COVID-19: la epidemiología, la microbiología y la investigación en las estrategias de vigilancia y control de la pandemia’, parte de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) que se están celebrando en la capital cántabra.
Por eso, el virólogo ha destacado la importancia de seguir las recomendaciones de seguridad en interiores.
“En sitios cerrados tenemos que estar seguros de que todas las personas llevan mascarillas, tanto para evitar la generación de estas micropartículas como para evitar aspirarlas. Y es muy importante ventilarlos”, ha subrayado.
En este sentido, advierte que en otoño “puede empeorar la situación”. “En verano tenemos mucha vida fuera de casa y el ambiente es más reseco, lo que hace que las gotas persistan menos tiempo en el aire. Cuando llegue el otoño, el problema es que estas microgotas se van a mantener más tiempo en el aire y nosotros vamos a estar más tiempo en interiores”, ha señalado.
“Lo que queremos plantear es que tenemos que tener una precaución añadida. Va a ser muy importante ventilar las habitaciones”, ha añadido. Por ejemplo, “en los colegios habrá que ventilar entre clase y clase y cuidar que no esté la clase cerrada todo el día. Esto lo podemos extrapolar a un restaurante o a un cine”, ha expresado.