La figura de Teresa Berganza protagoniza el cierre del ciclo ‘Grandes Mujeres’

Teresa Berganza UIMP

Santander, 22 de agosto de 2023-. Este año se cumple el centenario del nacimiento de la soprano Victoria de los Ángeles (1923-2005) y de la pianista Alicia de Larrocha (1923-2009), que junto a la mezzosoprano Teresa Berganza (1933-2022), recientemente fallecida, han protagonizado el ciclo 'Grandes mujeres’. Estas tres grandes personalidades de la lírica y la música del siglo XX están vinculadas a la vida cultural de Santander a través del Festival Internacional y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Tras el homenaje a la soprano Victoria de los Ángeles y el de la pianista Alicia de Larrocha cierra el ciclo el dedicado a Teresa Berganza, una de las mayores artistas de la ópera y la zarzuela en el siglo XX. El evento se celebra este martes, 22 de agosto, en la Sala Pereda del Palacio de Festivales, a las 20:30 horas. Y comenzará con la proyección de ‘Estrellas españolas de la ópera. Teresa Berganza’, documental escrito y dirigido por José Luis Font y presentado por Fernando Rey.

A continuación, tendrá lugar un concierto a cargo de Auxiliadora Toledano, soprano, y Julio Alexis Muñoz, piano, que contará con una introducción previa de la escritora y periodista Marta San Miguel.

La trayectoria de Teresa Berganza

Entre otros muchos reconocimientos, fue Premio Nacional de Música en 1996, Premio Príncipe de Asturias en 1991, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 1982, doctora honoris causa de la UIMP en 2010 y Gran Cruz de Alfonso X El Sabio en 2013.

Teresa Berganza, (Madrid, 1933 -  San Lorenzo del Escorial, 2022) se formó en estudios de piano, armonía, música de cámara, composición, órgano y violonchelo. Terminó en 1954 sus estudios musicales, con el premio fin de carrera y el Lucrecia Arana. Su debut oficial fue en el Ateneo de Madrid, el 16 de febrero de 1957, con el ciclo de Schumann ‘Amor y vida de mujer’. Tres meses después, volverá a ese mismo escenario para debutar en el papel de Isabella de ‘L’Italiana en Algeri’ de Rossini, que se convertiría en una de sus grandes creaciones.

Su profesora le consiguió una audición en París con el director del Festival d’Aix-en-Provence, quien la contrató para debutar en julio con el papel de Dorabella de ‘Così fan tutte’. En 1958 sería su célebre aparición, con el Cherubino, de ‘Las Bodas de Fígaro’ de Mozart, en el Festival de Glyndebourne, y su presentación en EE.UU, en la Ópera de Dallas, con la ‘Medea’ de Luigi Cherubini y François-Benoît Hoffman, acompañada por María Callas y Jon Vickers.

Cabe destacar, además, la presencia de Teresa Berganza en la Ópera de Viena, en 1959, con ‘Las bodas de Fígaro’, bajo la dirección de Herbert von Karajan. Con esta obra se presentó en el Royal Festival Hall, dirigida por Carlo Maria Giulini. En 1962 debutó en la Lyric opera de Chicago como Cherubino. Nueva York cayó a sus pies en el Carnegie Hall ese mismo año. En noviembre, participó en ‘El barbero de Sevilla’ junto a Alfredo Kraus y Boris Christoff. Con esta misma ópera, pero dirigida por Claudio Abbado, el Teatro alla Scala se rindió ante ella. The Metropolitan Opera le abrió sus puertas con ‘Las bodas de Fígaro”.  Un año más tarde, realizó su primera actuación en el Covent Garden, con el director de orquesta Georg Solti, con el Cherubino de Mozart.

Otros momentos especiales fueron su encuentro con el director de orquesta y compositor checo Rafael Kubelik, en 1970; su debut en el Gran Teatro del Liceo, de Barcelona, en 1971 con ‘La Cenerentola’; el reencuentro con Karajan y ‘Las bodas de Fígaro’, en el Festival de Salzburgo de 1972; la presentación en 1976 en la ópera de Viena con ‘La Cenerentola’; su debut como Carmen en 1977 en el Festival de Edimburgo, bajo la dirección de Claudio Abbado; la grabación de la primera adaptación cinematográfica, por el director de cine estadounidense Joseph Losey, de la ópera de Mozart ‘Don Giovanni’, cuya dirección de orquesta recayó en Lorin Maazel; la inauguración del Auditorio Nacional de Música con la ‘Atlántida’, de Manuel de Falla y su regreso, con ‘Carmen’, en 1992 al Teatro de la Zarzuela, su otra "casa", cuya plaza situada enfrente lleva su nombre como homenaje a su labor de “llevar nuestra música hasta donde nadie hubiese imaginado", tal y como refrendó el director del Teatro, Daniel Bianco.

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