Madrid.- El fallecimiento del excanciller alemán Helmut Schmidt deja, además de su legado en la vertebración de una política común europea, la huella de su vinculación con España, en la que fue un hito importante su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo el 6 de julio de 1994.
Un nombramiento que, en palabras del entonces rector de la UIMP, Ernest Lluch, quiso reconocer "su ética humanitaria, su compromiso con las libertades fundamentales y su defensa de la paz". En aquel acto, en el que también se inauguraron los cursos de verano, la laudatio del político socialdemócrata corrió a cargo del exministro de Economía Miguel Boyer, quien se refirió a Schmidt "como uno de los hombres de Estado más importantes después de la II Guerra Mundial". Y en el discurso de agradecimiento de Schmidt cobraron especial protagonismo sus alusiones al Rey Juan Carlos, a Adolfo Suárez y a Felipe González, a los que el excanciller atribuyó el éxito de modernizar y democratizar España "en la hora de la gran Transición".
También incluyó en su alocución referencias económicas: "Ninguno de los países europeos puede por sí solo resolver las turbulencias en materia de política monetaria", dijo ante las autoridades y público asistentes, con acreditada capacidad de análisis de la realidad europea.
